Año CXXXIV
 Nº 49.136
Rosario,
domingo  03 de
junio de 2001
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El elegido de la semana
Por las bateas. "Señal de amor"-Los Nocheros
El grupo aborda nuevas temáticas sin despegarse de su estilo

U.G.Mauro

En recientes declaraciones, Mario Teruel, líder de Los Nocheros, reconoció que "Señal de amor", la nueva placa del grupo, era la que más se alejaba de lo folclórico en toda la producción del grupo. Podría repetirse aquí aquello de "a confesión de partes, relevo de pruebas", pero la jurídica frase implica considerar la comisión de un pecado, desarrollar un juicio relativamente válido y hasta dictar una sentencia que nadie pide.
Lo exterior del trabajo -una cuidada e impactante gráfica, packaging más propios de un disco de rock y un video conteniendo el backstage de la grabación y el videoclip- excede por lejos la habitual oferta del género, y cubre adecuadamente las expectativas en cuanto a información de la placa con letras de canciones, autores y ficha técnica. Hasta ahí, todo bien, aunque algo sobredimensionado.
En lo específico, "Señal de amor" se diferencia de las producciones anteriores de Los Nocheros, pero no por mucho. En todo caso, se trata de una cautelosa huida hacia adelante, sin abandonar la cuota de ortodoxia y clásicos folclóricos ni tampoco la habitualmente abundante dosis de romanticismo encapsulado tanto en ritmos folclóricos como en dudosos híbridos rítmicos.
Pese a lo antedicho, "Señal de amor" es hasta ahora lo más heterogéneo producido por el grupo. Heterogeneidad que no es desprolijidad, sino una apuesta arriesgada o una cura en salud, ya que aunque el folclore sigue permaneciendo en una meseta de demanda, esta aparece erosionada en comparación con la altura alcanzada cuatro años atrás.
Soplan algunos vientos de cambio en la oferta y en la demanda de folclore; los artistas inteligentes perciben que el género, dadas las circunstancias sociales, nuevamente debe hacer punta con el testimonio y el registro de la conflictiva realidad. Los Nocheros tradujeron eso en "Resistiendo", de Teresa Parodi, y en la misma "Señal de amor", un tema de León Gieco, aunque por momentos las formas -esa batería pop de la primera, que la banaliza- opaquen el contenido.
La poetisa salteña La Moro aporta para este disco las letras de "Donde muere el mar", "Pretenciosa", "Fiesta en la cueva", "Tu y yo" y "Los setenta en un sueño" -ésta es un homenaje a los grandes de la poesía salteña-. También hay letras de Silvia Mujica ("Cuando me dices que no" y "No saber de tí"), mientras que por fuera del clan salteño arrimaron lo suyo León Gieco, Horacio Guarany, Paz Martínez (como reafirmación de lo baladístico romántico) y autores menos conocidos como Alberto Plaza.
En lo musical, aunque la dirección es de Mario Teruel, el resto del compromiso es parejo y cada uno de los cantantes musicalizó algunos temas. Como era de esperar, nada de lo vocal y musical del conjunto puede ser cuestionado técnicamente, ya que en tales sentidos no presenta fisuras. El apostar, aunque poco y demasiado condicionados por las formas marketineras, a algo más que a lo romántico también es buena señal; habla de una mejor comprensión de la necesidad de tener una mirada más integral y comprometida del hombre por parte del artista.



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