San Pablo. - Las pequeñas y grandes empresas brasileñas bajaron las luces y la producción, al comenzar ayer un plan de racionamiento para evitar la amenaza de apagones ante la peor crisis energética en tres décadas. El racionamiento energético entró en vigencia en medio de una batalla judicial y de pronósticos sombríos sobre los efectos negativos de la medida sobre la economía del país.
De fabricantes de autos a plantas de aluminio y centros comerciales, las empresas abrieron tarde, bajaron luces y redujeron los aparatos de aire condicionado para cumplir la metas fijadas por el gobierno para cada sector con el fin de mantener el abastecimiento eléctrico para todos."Estamos reduciendo la iluminación durante el día en 20 por ciento apagando las luces de vitrinas", dijo Cassio Lacerda, portavoz de un supermercado. "Las luces de nuestros letreros externos se apagan a las 10 de la noche".
Sin embargo, las medidas restrictivas entraron en vigencia a medias, a raíz de fallos judiciales preliminares que prohíben a las autoridades cobrar sobretasas de hasta un 200 por ciento y de castigar con cortes de electricidad de hasta seis días a los consumidores que no cumplan las metas de ahorro. Al mismo tiempo, empresarios de la industria y del comercio crearon un foro para buscar alternativas al plan de racionamiento oficial que, se teme, generará graves caídas en la producción, en las exportaciones y en el nivel de empleo.
Brasil sufrió la escasez energética después de que años de bajas inversiones y falta de planificación dejaron al país precariamente dependiente de plantas hidroeléctricas para más de 90 por ciento de su abastecimiento. Las bajas lluvias de los últimos cinco años coronaron la crisis. Después de semanas de propuestas y contrapropuestas, el equipo de emergencia gubernamental creó un plan que fijó cuotas de consumo para el público y las industrias, con multas de hasta 200 por ciento para quien supera su límite. El racionamiento para usuarios residenciales comenzará el lunes, para reducir 20 por ciento del consumo general.
El temor de apagones como los de California llevó a los brasileños a usar lámparas fluorescentes y cambiar sus duchas eléctricas en todas partes. Incluso los populares torneos de fútbol debieron ser reprogramados para horarios diurnos para evitar la iluminación nocturna. El racionamiento por al menos seis meses será un golpe para la economía, con expectativas de crecimiento de 3 por ciento. Antes de la crisis se proyectaba un 4,5 por ciento de expansión económica en Brasil.
Baches de último momento
Los supermercados dijeron que ya redujeron su consumo eléctrico en 20 por ciento en las últimas dos semanas, mientras el gigante del aluminio Alcoa dijo que redujo su producción en 25 por ciento para ahorrar energía. Pero otros sectores se quejaron de que el plan para la industria pesada les llegó con poco tiempo de anticipación para planear sus acciones.\El secretario de Energía del estado de San Pablo, Mauro Arce, entregó los lineamientos para los consumidores industriales, con topes de uso energético y bonos para quienes superan las metas de ahorro.\El presidente Fernando Henrique Cardoso, quien a comienzos de este mes aseguró que la amenaza de colapso energético lo tomó "por sorpresa", es acusado por expertos y por políticos opositores de ser el responsable de la crisis, por haber reducido a la mitad las inversiones públicas.\Para complicar las cosas, unos 50.000 trabajadores de la empresa eléctrica estatal Eletrobras decidieron ayer paralizar labores 24 horas en demanda de mejores salarios y criticar la falta de inversiones en el sector.