Año CXXXIV
 Nº 49.132
Rosario,
miércoles  30 de
mayo de 2001
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La Iglesia y la CGT avalaron el documento de la entidad
El plan económico de la UIA divide aguas en el gobierno
Gallo acusó a los empresarios de hablar "como si vinieran de otro planeta". Colombo, en cambio, fue conciliador

Un documento presentado ayer por la Unión Industrial Argentina (UIA) al Episcopado, en el que se hace un crudo diagnóstico de la realidad socioeconómica argentina recibió, el visto bueno de la Iglesia católica y el apoyo de la CGT. El documento, denominado "Bases para refundar la Nación", incluye una propuesta económica y solicita que se defina en forma urgente un "proyecto de país". Incluso, señala que, de no tomarse medidas, "peligra la democracia en la Argentina". En el gobierno nacional, la propuesta de la UIA no tuvo una acogida unánime. Mientras el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, se mostró enfadado por los términos del escrito, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, aseguró que el gobierno lo "recibirá muy esperanzado".
Una de las propuestas de la entidad fabril es reducir a la mitad la brecha entre ricos y pobres "para volver a el nivel que existía en el país en 1992".Ayer, el presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, le comunicó a la cúpula de la Iglesia católica la convicción de los integrantes del sector respecto que, antes de buscar una salida a la crisis económica , "se debe resolver el problema del hambre" en la Argentina.
De Mendiguren aseguró que hubo "total coincidencia" con los representantes de la curia sobre el diagnóstico de la crisis social y sobre la necesidad de buscar consensos para "un proyecto nacional" que salve al país de la actual crisis.

Peligra la democracia
La central fabril le presentó a monseñor Estanislao Karlic un documento de análisis de la situación del país, el cual se alerta sobre el peligro de la continuidad de la democracia y la situación de hambre de muchos argentinos. LA iniciativa fue bien recibida por la Iglesia.En cambio, Gallo, salió a cuestionar duramente el documento de la UIA y lo calificó de "lamentable".
Enfadado, el funcionario puntualizó que "cuando la dirigencia de la UIA habla en estos términos parece que vinieran de otro planeta, sobrevuelan la Argentina, hacen un diagnóstico adicional a los que todos ya han hecho, y se va en una alfombra mágica de los sueños".
Extraño resultó que Colombo, jefe de Gabinete, se mostró receptivo respecto del documento y admitió que "ni bien" tenga en sus manos la iniciativa, "vamos a tener una reunión con la Unión Industrial de la cual va a participar seguramente el presidente de la Nación, Fernando de la Rúa".
Colombo recordó que el gobierno "ha trabajado durante largo tiempo con la UIA; la Cámara Argentina de Construcción, con la CGT y muchos gremios a los efectos de lograr consensos".
Por su parte, la CGT disidente que lidera el camionero Hugo Moyano otorgó ayer su "más decidido" respaldo al documento de la UIA. "Resulta imprescindible convocar a una verdadera concertación social con todos los sectores para salir de la crisis", dijeron desde la entidad gremial.
De Mendiguren dijo que el documento que elaboró la central empresarial para entregar al PE y a la Conferencia Episcopal "no es golpista", ni ataca al gobierno, sino que plantea "conciliar lo social y lo económico para no socavar la democracia".
"Cuando decimos que peligra la democracia, en ningún momento nos referimos al gobierno, sino a la esencia democrática", explicó el titular de la UIA.
En el documento, los empleadores se pronunciaron además a favor de "una Justicia integralmente, seria, intachable y auténtica", y por una "drástica disminución de los costos económicos" en el ejercicio de la política, entre otros puntos.
El dirigente empresario destacó que el análisis de los industriales "propone buscar consensos básicos para una situación complicada como la que vive el país", y, en ese sentido, consideró que es preciso "conciliar la ética y lo social con el eficientismo económico que ha prevalecido en los últimos años en la Argentina".
Al respecto, sostuvo que "un país puede tener transitoriamente pobreza porque está transitando un camino de transformación económica", pero puso de relieve que "lo que no es aceptable es que exista hambre"."Antes de buscar consensos, se debe resolver el problema del hambre", subrayó De Mendiguren, quien afirmó que "no es posible que en un país que fue el granero del mundo haya gente con hambre".
En ese sentido, precisó que "un paquete de polenta en un supermercado cuesta 19 centavos de peso", por lo que concluyó que "en la Argentina hoy es muy barato procurar que todos coman", pero indicó que "el gasto social debe hacerse más eficiente".


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