| | cartas Un problema con final feliz
| En pocas palabras, queremos resumir los terribles momentos que pasamos los habitantes de barrio Rucci. Un barrio con gente humilde, la mayoría sin trabajo y también con gente jubilada que cobra una magra jubilación. En diciembre de 1999, como regalo de fin de año, llegaron intimaciones para efectuar los pagos que estaban en mora, dentro de un plazo de 48 horas. Nuestra desesperación fue tan grande que dos mujeres empezamos a movernos. Como primera medida recurrimos a la vecinal del barrio, hablamos con José Perrune, presidente de esa entidad; juntos escribimos una nota y nos juntamos con otros damnificados, la firmamos y se la entregamos a Héctor Cavallero. A pocos días de haber entregado nuestro petitorio, nos contestó que se había entrevistado con Eduardo Mondino, titular de la Defensoría del Pueblo de la Nación y también con el presidente del Banco Hipotecario en Buenos Aires. Viajamos al Congreso. Allí se presentaron varios proyectos de leyes pidiendo 180 días hábiles para parar los remates. Se consiguió media sanción, nos citaron del banco y propusimos una voluntad de pago de acuerdo a nuestro presupuesto, fue aceptado. No nos quedamos tranquilos y seguimos investigando, grande fue nuestra sorpresa cuando descubrimos una ley vigente Nº24.143 donde el artículo 13 dice tener un fondo de emergencia para casos sociales (o sea los nuestros), pedimos asistentes sociales para verificar la situación de cada uno, cortamos la calle Santa Fe haciendo una sentada pacífica. Hoy con satisfacción podemos decir que tuvimos condonaciones totales en casos extremadamente graves, pero también quitas importantes, con rebajas de hasta un 50% en las cuotas. Queremos agradecer a todos los que nos ayudaron. Nilda Martín y Cristina Pacheco
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