Walter Krohne
Santiago.- El presidente chileno, Ricardo Lagos, dijo -en vísperas de una gira por Alemania- que las heridas dejadas por la violación de los derechos humanos del régimen militar (1973-90) no se cierran "por decreto o por una ley", lo que hace impensable cualquier decisión sobre una ley de punto final u otro mecanismo para intentar cerrar esta negra etapa en la historia chilena. "Aquel que todavía está buscando a su ser querido y no lo encuentra, esa es una herida que va a estar abierta hasta que se encuentren sus restos, y si no, como tantas veces en la historia, el tiempo va a curar las heridas y, por lo tanto, cuánto dure ese tiempo, es muy difícil saberlo", declaró el presidente Lagos. Según la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, las víctimas del régimen militar son 3.197, de las cuales unas 1.200 desaparecieron. Según el politólogo chileno Carlos Huneeus, autor de "El régimen de Pinochet", la mitad de los muertos se produjo en 1973, pero hubo un alto número de personas que perdieron la vida en los tres años siguientes. Lagos dice que hay que buscar formas o medidas para avanzar en el hallazgo de los restos de desaparecidos, y que en este esquema encaja la labor realizada por la Mesa de Diálogo sobre Derechos Humanos que terminó con el compromiso de entrega de información de parte de las fuerzas armadas. Sin embargo, el informe recibido por el presidente Lagos en enero pasado adolece de varios errores que han originado críticas de parte de las organizaciones de derechos humanos y los afectados, hasta el punto de que se han presentado cuatro querellas contra los comandantes en jefe de las fuerzas armadas por obstrucción de la Justicia, que no fueron acogidas por los tribunales. "Yo conozco pocas fuerzas armadas en el mundo que hayan hecho un reconocimiento tan fuerte como el que han hecho las chilenas y creo que eso merece el respeto de todos nosotros, como el reconocer que efectivamente hubo un número importante de chilenos arrojado al mar. Otra cosa es que la información exacta de lo que ocurrió en aquellos años presente errores como se ha visto en los últimos tiempos", expresó el mandatario. Frente a este problema se ha sugerido el pago de una compensación económica, lo que para el presidente es todavía un tema difícil de tocar, "porque muchos pueden tener una mala lectura de una acción como ésta, de pensar que por razones monetarias se les puede calmar". Igualmente, entre las fórmulas mencionadas figura un pedido de perdón por parte de las fuerzas armadas, lo que "tendría que nacer de cada una de las personas involucradas más que de una imposición", señala Lagos. El mandatario chileno rechazó los comentarios de que sus relaciones con las FFAA serían demasiado diplomáticas y no dejan margen para exigirles que entreguen la información que se busca sobre los desaparecidos. "Yo no quiero tener diplomacia con nadie, con las FFAA tampoco. Estas obedecen a la autoridad civil y cuando ha sido necesario ser muy claro o han hecho cosas que me parecen inadecuadas, lo he dicho claramente y lo sabe el país. De manera que esto no es así", aseguró enfático el presidente chileno. "Otra cosa es que las FFAA digan que determinados hechos que tuvieron lugar bajo el régimen militar se hicieron respecto de mandos que están fuera del control de los actuales mandos y, por lo tanto, no tienen información", declaró. "Lo único que yo quisiera decir en este sentido -agregó- es que los que tienen información, si la tienen, hoy día no están en las FFAA, están pasados a retiro y esas personas no han entregado la información. Y por lo tanto yo no creo que sea adecuado suponer que los mandos actuales pueden dar una información que ellos declaran no tener". Lagos indicó también que el hecho de que se postergue el fichaje policial de Pinochet no causa una mala imagen en el exterior porque "esta mala imagen la pueden tener aquellos que pensaron que no éramos capaces de hacer lo que hemos hecho". "¿Se ha dado cuenta que en el caso del fichaje están discutiendo ahora si le sacan una foto a Pinochet de frente o de perfil?", preguntó Lagos (la entrevista es anterior al dictamen de la Corte de Apelaciones de Santiago sobre este asunto, ndr). "Con una mano en el corazón, ¿Cuántos europeos pensaron que Pinochet iba a ser desaforado y cuántos pensaron que Pinochet iba a ser encausado? Este pequeño país ha demostrado que nuestras instituciones funcionan, pero a estas alturas creo que Chile no tiene que dar examen ante nadie", expresó el mandatario. Lo que hace o no hace el juez español Baltasar Garzón en el caso Pinochet, según Lagos, no influye para nada en las relaciones chilenas con España, ya que "Garzón forma parte del Poder Judicial, que es un poder independiente de los poderes del Estado y creo que es muy importante que la opinión publica distinga lo que son las decisiones de un juez, que no tienen porqué involucrar lo que son las buenas relaciones que tenemos con el gobierno (español)".
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