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No todo está perdido

No todo está perdido. Diecisiete días bárbaros ¿bárbaros, por qué? Porque estuve internada en el Hospital Provincial de Rosario, donde me realizaron una cirugía de cadera con colocación de prótesis, a cargo de Claudio Marino y su equipo. El trato recibido fue excelente. Los profesionales muy buenos y mejores seres humanos. A ellos les agradezco el poder caminar. En ningún momento repararon en las condiciones sociales. Para ellos somos todos iguales. Quiero a través de esta nota extender mi agradecimiento y el de mi familia a las enfermeras del primer piso: Graciela, Gloria, Débora, Luisa y María Teresa, a los enfermeros, jóvenes divinos todos ellos, Eduardo, Cristián, Ramón, Darío, jefe del piso, y otros que no recuerdo su nombre, que con buen humor nos hacen más llevaderos los días. A todos muchas gracias, un abrazo y que Dios los bendiga.
Ana Pergomezt