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El poder está enfermo

En qué vacío tan enorme de principios e ideales hemos caído los argentinos. Ya no asombra que algún periodista televisivo diga que no se trata más que de que un "chorro" juzgue a otro "chorro", refiriéndose a un ex presidente próximo a indagar y el juez que lleva la causa, como ocurrió recientemente en un programa político de un canal de la ciudad de La Plata. Es tanta la corrupción que existe que alcanza a los tres poderes del Estado. Y si no, veamos: varios senadores de la Nación fueron acusados de sobornos, implicándose a funcionarios del gobierno en las dádivas. El juez que los investigaba fue acusado de enriquecimiento ilícito. Ahora resulta que el magistrado que juzga a un ex presidente ha sido denunciado por enriquecimiento ilícito y que posee una serie de inmuebles y campos de gran valor económico. Las entrañas del poder del Estado se encuentran enfermas y con diagnóstico de muy difícil pronóstico de mejoría.
Carlos Miguel Raffellini Ruckauf