| | Sin problemas en el primer día de utilización del cambio justo
| El primer día de la utilización de las monederas transcurrió ayer sin mayores inconvenientes. Quienes optaron por usar el boleto ocasional a un peso no sufrieron problemas a la hora de elegir el sistema de cambio justo. Solamente algunos pocos se encontraron con ciertos obstáculos que, en la mayoría de los casos, no pasaron de ser hechos menores. Entre ellos, que las alcancías no estuvieran activadas. De todos modos, muy pocos usuarios se inclinaron por abonar un peso el boleto, según manifestaron los choferes. "No tenemos reportes de que se hayan producido problemas", dijo a La Capital el responsable de la administración de la tarjeta magnética del Banco Municipal de Rosario, Alberto Agustín Jozami. No obstante, supuso que "algún inconveniente normal en un sistema nuevo pudo haber ocurrido, como el de un cable que deja de funcionar repentinamente". Las máquinas estuvieron prontas más allá de que los usuarios hayan optado o no por el pago del pasaje a un peso. En ciertos colectivos de las líneas 119 y 132, por ejemplo, las monederas no andaban a hora temprana. Sucedió que no estaban activadas a pesar de que ya se habían instalado. "Los aparatos tienen una perilla adentro que debe ser accionada para que comiencen a andar, y los choferes no pueden hacerlo por sí mismos", dijo Jozami. En tanto, todavía no hay registros acerca de qué cantidad de pasajeros se inclinó por el boleto ocasional durante su debut. La información podrá obtenerse hoy, una vez que sea enviada al banco desde las distintas empresas. Respecto de la utilización de las alcancías, el funcionario se ocupó de recordar que, antes de que se pusieran en marcha, "se hicieron pruebas con expertos" de la entidad crediticia local. Tras un breve relevamiento realizado por La Capital, los usuarios se manifestaron contrarios a pagar un peso por el viaje en ómnibus. Las nuevas máquinas rechazan las monedas falsas, por lo que la gente deberá estar atento para que no caigan en sus manos. Los aparatos son cajas negras adosadas a los barrales del colectivo con una ranura en la que debe colocarse el dinero. Una vez que la moneda fue insertada, una ticketera emite el comprobante de viaje. Además, la recaudación cae en un recinto de seguridad con cerradura especial ubicado dentro de las monederas.
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