Año CXXXIV
 Nº 49.131
Rosario,
martes  29 de
mayo de 2001
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Recrudece la violencia racial en Gran Bretaña
Grupos de derechos humanos vinculan los nuevos enfrentamientos a las propuestas antiinmigratorias de las campañas electorales de los conservadores

La postura antiinmigratoria en la campaña electoral británica de los partidos Conservador y Nacional Británico (BNP) fue vinculada a los enfrentamientos raciales del fin de semana ocurridos en la ciudad de Oldham, cerca de Manchester, según líderes políticos y de derechos humanos, que en los últimos días vieron recrudecer la violencia racial en todo el país. En tanto, la policía de Manchester reforzó ayer su dispositivo de seguridad para impedir una nueva ola de violencia racista. Unos quinientos agentes patrullan las calles de Oldham, una ciudad de unos doscientos mil habitantes donde un quince por ciento de población la componen minorías étnicas.
"La escalada de violencia racial está vinculada a los comicios del jueves 7 de junio y fue el BNP el partido que estimuló ese incremento con el lanzamiento de su campaña en Oldham", dijo una vocera de la Liga Antinazi en Londres.
Para los partidos políticos de derecha el tema de la inmigración es uno de sus ejes centrales de campaña. En ese sentido, fue el liberal demócrata Simon Huges quien ayer sostuvo que "si usted traza una línea entre aquellos que son oriundos de este país y los inmigrantes, si usted busca las diferencias, entonces corre el riesgo de acentuarlas y alentar a las personas a pensar que todos sus problemas son causados por los extranjeros".
"Los discursos pronunciados por el jefe conservador William Hague y sus colegas estas últimas dos semanas no arreglaron las cosas: ellos pueden alentar a las personas a pensar que pueden dejar ir a las palabras -y a veces a los actos- de intolerancia", agregó.
De acuerdo con la policía y la autoridad local de la ciudad, Richard Knowles, la violencia comenzó el sábado con el ataque por parte de un grupo de jóvenes británicos contra un comercio ubicado en el corazón del barrio asiático de Oldham, Glodwick, que tiene un 90 por ciento de población de origen paquistaní. La violencia se propagó como un reguero de pólvora y un centenar de jóvenes asiáticos atacaron en represalia un pub del barrio donde habitualmente se reúnen militantes de ultra derecha. Unas horas más tarde, los jóvenes asiáticos que se enfrentaban con la policía eran 500.

Pedradas y cócteles molotov
Durante siete horas, desde la noche del sábado y la madrugada del domingo, la policía de Oldham se enfrentó a pedradas y cócteles molotov lanzados por los centenares de furiosos jóvenes asiáticos. Quince policías fueron levemente heridos y 17 personas detenidas, según la policía.
"Vimos subir la tensión estos últimos meses, pero nunca habíamos visto escenas como estas", comentó el comisario Eric Hewitt, todavía conmovido mientras que los canales de televisión británicos difundían las imágenes de automóviles quemados, pubs saqueados y vidrieras de negocios destrozadas.
Las tensiones raciales ya eran fuertes en estos últimos tiempos en Oldham, incitadas por ejemplo por una campaña activa del Frente Nacional-BNP (de ultra derecha), que presenta dos candidatos para las elecciones legislativas.
También los tories (conservadores) aparecieron como responsables de una campaña antiinmigrantes, dado que una de sus propuestas electorales es la de encerrar en centros de detención a todos los solicitantes de asilo político que llegan a Gran Bretaña mientras se examina su demanda.
"Aquí hay dos problemas", comentó a la televisión el paquistaní Imran Jan, un ex jugador muy popular de cricket. "Uno es que todavía hay racismo en Gran Bretaña. Y el otro que ciertos políticos utilizan el racismo, el miedo a los inmigrantes, como una herramienta política", señaló.
La gravedad de los disturbios, que han sembrado la inseguridad en Oldham, ha inquietado al propio primer ministro británico, Tony Blair, quien no ha dudado en lamentar los hechos. "Lo primero -comentó- es expresar nuestro total y completo apoyo a la policía porque es absolutamente inaceptable que esté sometida a este tipo de ataques".
En opinión de Blair, la violencia desatada en Oldham es un "problema que debe ser resuelto por los líderes de la comunidad sobre el terreno". Sin embargo, la paz parece lejana ya que, pese al despliegue policial, los enfrentamientos continúan.



La policía británica tuvo que reforzar la guardia en Oldham.
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