Londres. - Mahmoud Ahmed Marmash, habitante de la Cisjordania, hizo estallar su cuerpo en un shopping en Netanya, el pasado viernes, causando la muerte de seis israelíes. Antes de su misión suicida, dejó una nota para su madre. "Quien crea que la religión de Dios saldrá victoriosa sin guerra santa, sin sangre, sin cuerpos destrozados, está viviendo una ilusión", escribió el joven de 21 años.
Israel respondió con los cazas F-16, que desventraron sus blancos, edificios de la seguridad palestina en Cisjordania y Franja de Gaza, causando la muerte de ocho palestinos. Desde que Ariel Sharon, actual primer ministro de Israel, visitó la Explanada delas Mezquitas en Jerusalén el 28 de septiembre pasado, las matanzas no han cesado. La perspectiva de la paz parece siempre más distante mientras que la pendiente del conflicto regional es cada vez más pronunciada.
Quince nuevas colonias
Es vital que los EEUU y Europa no se dejen desviar de los objetivos de la Comisión Mitchell por la presión diplomática israelí después de Netanya. Las recomendaciones de Mitchell son la única manera de salir adelante. Ephraim Sneh, ministro de Transporte de Israel, ha invitado a Europa y EEUU a presionar a Yasser Arafat para que frene a su pueblo. Pero la intervención de Sneh muestra sólo la pobreza de visión de la derecha israelí. No entiende las fuerzas que están enfrentando y el marco en el cual cualquier movimiento hacia la paz resultaría posible.
Paz Ahora, el movimiento pacifista israelí, denunció que Israel ha construido 15 nuevos asentamientos en Cisjordania desde que Sharon accedió al poder, una usurpación colonial en el territorio palestino que es un ultraje moral y en ruptura flagrante con los acuerdos de paz de Oslo.
Peor, las nuevas construcciones son innecesarias, ya que el 8% en Cisjordania, y el 40% de las colonias en Franja de Gaza están vacías.
Todo este proceso es una diaria incitación para hombres jóvenes como Mahmoud Ahmed Marmash y una legitimación de su visión fanática del mundo, un incentivo permanente para el reclutamiento en las filas de Hamas, el movimiento islámico al que pertenecía Marmash.
Mientras en Tel Aviv den luz verde a los colonos, la lógica de la posición de Israel será de una escalada en una guerra no ganable.
Un funcionario internacional de la Cruz Roja sugirió la semana pasada que los establecimientos de colonos israelíes constituyen un crimen de la guerra. Constituyen ciertamente un acto de la guerra.
En resumen, Europa y EEUU deben hacer mayor presión sobre Arafat y el gobierno de Sharon para la aceptación completa de las recomendaciones de Mitchell y no, como el ministro de Asuntos Exteriores Shimon Peres está pidiendo, por un cierto compromiso débil en el cual los colonos puedan tomar cuenta de las "presiones demográficas naturales" para continuar construyendo sus asentamientos. Israel es por mucho el interlocutor mas fuerte en el diálogo de paz y recae sobre él hacer el movimiento que ponga en acción a las negociaciones.
El presidente Bush tiene menos necesidad de la ayuda electoral de la poderosa comunidad judío-americana que los demócratas. También desea asegurar las fuentes de petróleo árabes para su país, en tiempos que el mismo describe como de "crisis energética" norteamericana. Bush tiene así el espacio político para maniobrar y debe explotarlo al máximo, y dar su conformidad a la Comisión Mitchell (lo que hizo ayer su secretario de Estado, Colin Powell, ndr).La derecha israelí debe comprender que su actual posición ubica a Israel como uno de los Estados paria del mundo. La paz y la situación internacional de Israel están en juego.
La Ciudad
