El secretario de Gobierno de la provincia de Buenos Aires y ex embajador en el Vaticano, Esteban Caselli, reportó ayer a la Justicia que cuando se desempeñaba como subsecretario del Estado nacional recibió "personalmente" una orden del entonces presidente Carlos Menem para preservar a Luis Sarlenga al frente de la Dirección General de Fabricaciones Militares (FM).
"No se trata de una acusación sino de la descripción objetiva de un hecho que ocurrió", explicó Caselli tras aportar su testimonio al juez federal Jorge Urso, que investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia y el 13 de julio indagará a Menem por su posible responsabilidad en el caso.
Casi al mismo tiempo, el último jefe de la Side de la administración menemista, Hugo Anzorreguy, declaró ante el fiscal federal Carlos Stornelli que el organismo no detectó las operaciones de contrabando de armas que tuvieron lugar desde 1991 a 1995.
Anzorreguy, que fue interrogado como testigo durante dos horas y media, recomendó al fiscal evacuar mayores dudas con el actual jefe de los espías, Carlos Becerra, y contó que no había agregados de la Side en Panamá cuando, según consta en el expediente, se simularon exportaciones de armamento a ese país cuyo destino real fue Croacia.
Cada vez más complicado
A diferencia del ex jefe de la Side Juan Bautista Tata Yofre, que el viernes último complicó a Menem al prestar declaración ante Urso, Anzorreguy no distribuyó culpas. Caselli, en cambio, blanqueó ante el juez un dato que ya figuraba en el sumario, aunque como hipótesis: que fue el propio ex presidente quien impidió la salida de Sarlenga de Fabricaciones Militares.
Fuentes judiciales señalaron que Caselli presentó un escrito ante Urso mediante el cual confirmó que Menem le dio instrucciones de "retener en el cargo" a Sarlenga, un productor agropecuario y ex titular de la Unión Industrial de La Rioja que fue designado interventor de Fabricaciones Militares durante la gestión de Antonio Erman González como jefe de la cartera de Defensa.
Según las fuentes, Caselli contó que la orden fue formulada por Menem "personalmente".
El ahora secretario del gobierno que encabeza Carlos Ruckauf fue subsecretario General de la Presidencia en la gestión de Menem y también embajador argentino ante el Vaticano.
Camilión, sucesor de Erman González en el Ministerio de Defensa, había relatado públicamente y ante Urso que quiso despedir a Sarlenga de la intervención de Fabricaciones Militares pero recibió instrucciones para mantenerlo en la función, a través de Caselli, que ahora ha dicho que el responsable de la decisión fue el propio Menem.
En el escrito que presentó a Urso, Caselli consignó también que "no conocía" a Sarlenga cuando intervino para impedir su reemplazo en Fabricaciones Militares.
Detalló que un cercano colaborador de Menem se comunicó con la Secretaría General de la Presidencia para informar que el presidente convocaba en su despacho al entonces titular del área, Eduardo Bauzá. Ante la ausencia de éste, Caselli concurrió al encuentro, donde el entonces jefe del Estado le encomendó mantener a Sarlenga en la intervención de Fabricaciones Militares.
Las presiones de Emir
En octubre de 1998, Sarlenga se convirtió en el primer ex funcionario del gobierno de Menem preso por las maniobras con armamento. Recuperó la libertad el mes pasado, luego de confesar a Urso que participó de las exportaciones clandestinas de armamento por supuestas presiones de Emir Yoma, quien le habría explicado que parte de los fondos de esas operaciones serían destinados al PJ.
Horas después de la declaración que Sarlenga prestó el 6 de abril pasado, Yoma fue detenido por orden de Urso, que lo mantiene preso en el escuadrón Campo de Mayo de la Gendarmería Nacional como supuesto "organizador" del escándalo de las armas.
No obstante, Sarlenga será enjuiciado por un tribunal oral en lo Penal Económico bajo cargos de contrabando de armas y pólvora, y también será sentado en el banquillo en el marco de las actuaciones que instruye Urso.
Anzorreguy, en tanto, se habría excusado en su "mala memoria" durante la audiencia con Stornelli, quien acusó al ex presidente Menem como presunto jefe de una asociación ilícita que habría traficado armamento a Ecuador y Croacia.
Tras su declaración ante la Justicia -ingresó a los tribunales federales de Comodoro Py 2002 poco antes de las 11 y se retiró pasadas las 13.30-, el ex titular de la Side se amparó en el secreto de sumario para evitar precisiones sobre su testimonio y sólo se limitó a explicar que "todo está en el expediente".
No obstante, admitió que le preguntaron "de todo", que le fueron formuladas "muchas" preguntas y que todas tuvieron respuesta.
La Ciudad
