Año CXXXIV
 Nº 49.124
Rosario,
martes  22 de
mayo de 2001
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Atendieron a los pacientes en el pasillo a modo de protesta
Cae agua servida del cielo raso de un consultorio del Pami II
La falla proviene de un baño ubicado en la planta alta. Para los médicos el problema es crónico y se fue agravando

Pablo Procopio

Escatológico. El cielo raso del consultorio Nº16 del Policlínico Pami II gotea líquidos cloacales y, de tanto en tanto, materia fecal. El excremento ya ha dejado huellas en las historias clínicas de los pacientes y, por qué no, en sus cabezas. Los médicos están "repodridos" de convivir con las pérdidas y ayer decidieron atender a los jubilados en el pasillo del centro asistencial del barrio Arroyito. La situación es producto de una pérdida que está localizada en los sanitarios del primer piso, que corresponden a terapia intensiva. "Nadie toma cartas en el asunto", reaccionó el delegado gremial de la Unión Trabajadores del Instituto (UTI), Héctor Vázquez.
Una empresa cobró 900 pesos para reparar el desperfecto. Sin embargo, todavía no se encontró una solución ni siquiera momentánea, ya que el inconveniente es permanente.
El médico Aldo Juan Cappiello colocó a primera hora de ayer un tabique divisorio e instaló su escritorio paredes afuera con el objetivo de recibir en pleno pasillo a los pacientes. Luego, otros colegas volvieron a trabajar adentro ante la mirada atónita de los jubilados.
"Se está trabajando de forma infrahumana. Hace tres meses que cae agua servida desde acá arriba", destacó Vázquez, antes de dejar en claro que fue hecho el reclamo correspondiente ante la dirección del policlínico. "Lo hemos hablado con todos los que debíamos hacerlo y la cosa sigue exactamente igual", añadió.
La actitud de los médicos fue salir a trabajar al pasillo. "Esto demuestra una vez más que los trabajadores tuvieron que tomar la sartén por el mango para poder atender a los jubilados", indicó el sindicalista.
En este sentido, puso sobre el tapete la "defensa de la salud psíquica y física de los empleados".

Cañerías a "cielo abierto"
El cielo raso suspendido del consultorio tiene diversos agujeros a través de los que las tuberías quedan al descubierto y ponen en riesgo a cualquiera. En rigor, en más de una oportunidad los médicos y sus pacientes debieron esquivar las gotas de líquido cloacal haciendo un verdadero zig-zag.
Cappiello consideró una "falta de respeto trabajar debajo de una lluvia de agua servida". Es por eso que decidió hacer una manifestación de protesta porque el problema tiene "siete u ocho años y se ha agravado en los últimos meses", advirtió cansado de lidiar con la "inmunda" gotera, que además despide un olor desagradable.
Ante la falta de una solución que corte por lo sano, se "debería llamar a una consultora internacional para que pueda hacer un diagnóstico y arreglar el problema", ironizó el profesional.
"La situación se inscribe en la desidia de nuestro estado de cosas", indicó el médico para dar cuenta de la burocracia existente en el policlínico. Así, enumeró las respuestas recibidas desde los distintos sectores que deberían tener injerencia en el tema. "El escalafón es amplio: plomería, carpintería o intendencia y por eso no sabemos a quién echarle la culpa cuando todo se diversifica", ejemplificó.
El problema originado en el desagüe comenzó hace años y desde hace unos dos meses se agravó. "Tenemos las goteras en distintos lugares y no se puede encontrar la solución", graficó Cappiello.



El problema de las goteras es viejo y se agravó últimamente.
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