Luis Castro
La crisis futbolística de los rojinegros se agigantó. La derrota ante Colón aumentó el disconformismo de los hinchas. El equipo sigue en baja y en la tarde del domingo acumuló su tercera derrota consecutiva, la segunda jugando de local. Otra vez tanto el plantel como el cuerpo técnico tuvieron que dejar la cancha bajo una ola de insultos (lo mismo había sucedido en Liniers luego de la derrota ante Vélez). Encima, se viene el clásico ante Central, que salió airoso en su excursión a La Plata. Todo esto incide para que los del Parque deban soportar una semana sumamente complicada. ¿Cómo se revierte esta crisis? Los leprosos tienen una sola respuesta a esta pregunta: "Ganando el clásico". Y es cierto, la única manera de cambiar esos agravios lanzados en el Coloso por una hinchada impaciente y fastidiosa porque su equipo no logró la clasificación para una competencia internacional es venciendo a su eterno adversario en el mismísimo Gigante de Arroyito. Una empresa harto complicada para un Newell's que cada vez cotiza menos en la Bolsa del Clausura. A lo largo del torneo se destacó una y otra vez el apoyo que tuvieron los rojinegros a pesar de los magros resultados y de las flojas campañas. Y eso era algo llamativo y para resaltar. Pero parece que se llegó a un tiempo límite y los simpatizantes agotaron su paciencia. Tan es así que por segunda vez consecutiva fueron impiadosos contra el plantel, lanzándole una variedad de epítetos agraviantes, además de las butacas que depositaron sobre el campo de juego. Pero si la relación jugadores-cuerpo técnico con los simpatizantes, que parece estar a un ápice de cortarse, es un motivo de preocupación, más aún lo debe ser la pobre producción futbolística. Porque lejos está de ser un conjunto compacto, con volumen de juego, con variantes y que logra encontrar las respuestas necesarias ante la adversidad. Tras la derrota con Vélez el Ruso Ribolzi había dicho que "hay muchos chicos que aún deben madurar". Y esto puede ser cierto, ya que tienen pocos partidos en primera. Pero, paradójicamente, esos chicos a los que él se refería fueron los que se destacaron ante los sabaleros. Los Sub 20 Leonardo Ponzio, Maximiliano Rodríguez y Mauro Rosales estuvieron por encima de los experimentados. El Ruso, además, había hecho referencia a que "los altibajos son lógicos", "no se puede encontrar la regularidad", pero también a la "falta de actitud". ¿Tampoco hubo ante los sabaleros? También hay otra óptica, aunque un tanto más extremista. "¿Las heridas del conflicto generado en enero entre cuerpo técnico y jugadores por la negativa de estos últimos a realizar la pretemporada en Mar del Plata por falta de pago no fueron curadas del todo y ahora hay un pase de facturas?", se preguntaba un rojinegro tratando de encontrar una respuesta a la crítica situación imperante. Tan crítica que hasta comenzaron a circular intensos rumores sobre el futuro del Ruso. Algunos indicaban que José María Bianco podría ser el próximo técnico en caso de que no se obtenga un buen resultado ante los canallas, pero esto es sólo una versión y no fue confirmado desde el club. Lo que sí se supo es que un grupo de hinchas leprosos le mencionaron a la dirigencia ñulista el nombre del Chaucha. Las cosas por el Parque no están nada bien por los magros resultados obtenidos. Las alegrías no llegan y sólo hay tristezas. El amor hinchas-plantel ya no es tal. Sólo queda una oportunidad para tratar de recomponer la relación. Y esa es ganarle a Central.
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