cartas

El casco salva vidas

Con el título "Alegato contra los cascos de las motos", apareció días pasados una nota firmada por el señor Rogelio Carrero. Sin ánimo de polemizar, me permito contestar el escrito. Para ello recurro a una carta publicada en el diario El País de Barcelona, España, sobre un motociclista que sufrió una caída cuando no tenía colocado el casco. Decía: "Soy un accidentado de moto y he ganado una visión de la vida y las cosas que no pueden disfrutarse a temprana edad. Espío mi espalda y descubro
un pasado no del todo desastroso pero que tampoco incentiva mi orgullo. Recuerdo incrédulo cómo recorría distancias por calles y caminos siempre atento al cuenta-kilómetros y al rugido del
motor sin interesarme para
nada el paisaje. Solo deseaba que la joven que me acompañaba me abrazase con fuerza implorando que disminuyese la velocidad y esperar a terminar el viaje y soportar sonriente las reprimidas por conducir como un demente. La vida no es sentirse inmortal
ni pensar «a mí no me va a
pasar». Todo eso es irreal y lo cuenta uno que salió de un largo coma traumático y ahora, en mi vejez juvenil, parapléjico y sentado de por vida en una silla de ruedas". Para finalizar, estimado lector te recuerdo: "El casco salva vidas, no solo la tuya".
Carlos Alberto Giacobbe