Año CXXXIV
 Nº 49.122
Rosario,
domingo  20 de
mayo de 2001
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La Quiaca: Deporte en las alturas

Un Centro de Alto Rendimiento (CAR) de características únicas en el país y ya integrado a los circuitos turísticos que recorren la puna y la Quebrada de Humahuaca fue inaugurado en la ciudad jujeña de La Quiaca, a 3.800 metros de altura y muy cerca de la localidad boliviana de Villazón.
Por ese centro pasó la selección nacional de fútbol cuando el director técnico era Daniel Passarella, y también la selección Sub 21 de Japón.
La cancha tiene las dimensiones de la de River, y también se inauguró una cancha de básquet de piso flotante -una técnica que favorece el rebote de los jugadores-, igual a la que tiene la NBA, la liga de básquetbol de Estados Unidos.
El equipo de profesionales de este centro -kinesiólogos, médicos, psicólogos, nutricionistas y asistentes sociales-, son especialistas en deportes de altura. Deportes que abarcan desde natación, hándbol, hóckey sobre césped y atletismo, hasta fútbol, vóley, básquet, sóftbol y gimnasia.
El centro pertenece a la comuna de La Quiaca y según los responsables "el deportista de élite consigue en el CAR alto rendimiento, potencia y concentración, porque este lugar reúne las condiciones necesarias para un buen entrenamiento y para la aclimatación que requieren los atletas".
La ciudad de La Quiaca tiene 17.000 habitantes, buenos hoteles para alojar a los deportistas que llegan a entrenarse al centro y la posibilidad de arribar directamente a su aeropuerto, cuya pista mide 2.800 metros.
Con la inauguración del CAR el agente de viajes jujeño Desiderio Luengo, titular de Juymar, incorporó una visita al centro durante 4 días y 3 noches, que desde Jujuy parte hacia la quebrada y los pueblos de la puna.

Una paleta de pintor
En Maimará se recorre el colorido Cerro Paleta, que tiene la forma de una paleta de pintor; en Uquía la iglesia que cobija a los ángeles arcabuceros, y en Humahuaca, exactamente al mediodía, se asiste a la "aparición" de la imagen de San Francisco Solano, ante el que se hincan los creyentes.
A veces en esa sencilla ceremonia se escuchan en el silencio de la plaza los poemas de Fortunato Ramos, el colla que inspiró la historia de La Deuda Interna, la película del realizador jujeño Miguel Pereira, que es maestro rural en Santa Ana, un pequeño pueblo cerreño.
En la Peña de Fortunato Ramos, un enorme salón donde se baila mucho en los carnavales, se comen tamales, locro y humitas. Fortunato toca el erke, típico instrumento musical de la puna, y también el acordeón; y entre melodía y melodía, recita sus poemas.
Después la "combi" comienza a recorrer los 150 kilómetros que separan a Humahuaca de La Quiaca. Al llegar a Tres Cruces el paisaje cambia; los cerros de colores y las quebradas quedan atrás y de pronto aparece el desierto puneño y detrás la precordillera.
Y desde La Quiaca se visita Villazón, la ciudad boliviana de frontera, el Centro de Alto Rendimiento y también Yavi y Tilcara.


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