Sierra de la Ventana, uno de los macizos más antiguos del mundo, se extiende en una franja de 200 kilómetros de largo por setenta de ancho, al sur de la provincia de Buenos Aires. Sus elevaciones recortadas por la erosión, entre las que se confunden cristalinas cascadas, arroyos serpenteantes y mansos piletones, conforman el escenario elegido por los miles de visitantes que llegan anualmente con la intención de desenchufarse de la rutina cotidiana y animarse a practicar diversas modalidades de turismo aventura.
Desde el cerro Tres Picos, a 1.265 metros sobre el nivel del mar, se distinguen las luces de Tornquist y Sierra de la Ventana, y más lejos todavía las de Bahía Blanca, localidad situada a más de cien kilómetros al sur de la formación. La ciudad de Tornquist, asiento de las autoridades del partido que lleva el mismo nombre, cuenta con una población aproximada de 6.000 personas y se encuentra a 50 kilómetros de la Sierra.
En el centro, frente a la iglesia de Santa Rosa de Lima, hay un pintoresco lago artificial con especies vegetales y animales autóctonos. Uno de sectores con mayor convocatoria es el balneario Parque Norte, sobre el río Sauce Chico, ideal para pasar un día en familia.
Con la llegada del ferrocarril la localidad de Sierra de la Ventana comenzó a crecer desde principios de siglo. Está situada a 595 kilómetros de distancia de Buenos Aires y con el tiempo se transformó en el punto de partida para disfrutar de la riqueza de la zona.
Dispone de una buena oferta de alojamiento en hoteles, camping y cabañas. Además ofrece una amplia gama de servicios de cabalgatas, travesías en kayak, escaladas y aladeltismo.
El sitio también atrae a los amantes del golf que llegan de distintas latitudes para aprovechar el hermoso campo de 18 hoyos, una de las mejores canchas del país.
Caminatas y recorridos a caballo
Cerca del lugar, sobre las faldas del cerro Napostá, esconde su silueta Villa Ventana. Las cabañas de alquiler se extienden entre los bosques de la serranía, permitiendo a los visitantes un descanso reconfortante. Este es un sitio ideal para emprender caminatas guiadas, recorridas a caballo y luego disfrutar de una taza de té acompañada de una buena porción de torta casera.
Pero más allá de los hospitalarios centros urbanos para conocer la belleza de la región hace falta internarse entre los vericuetos de los cordones montañosos con sus prominentes vertientes y profundas gargantas. Aquí las laderas se convierten en refugio de diversas especies con distintos requerimientos ecológicos.
Las 6.400 hectáreas del Parque Provincial Ernesto Tornquist se constituye en un espacio de protección para ciervos, antílopes y cabras salvajes, por sólo citar algunas especies que allí se resguardan de la caza indiscriminada.
Quienes visitan esta región bonaerense cualquiera sea su edad recorren el sendero que asciende hasta el punto que da nombre a todo el sistema. En efecto, al llegar a La Ventana, se descubrirá la formación que muestra una abertura de ocho metros de alto por cinco de ancho y diez de profundidad, ubicada a 1.126 metros sobre el nivel del mar y que enmarca la vista de los cerros Napostá y Tres Picos.
Antes de largarse a la aventura es recomendable hacer una escala en el Centro de Interpretación Ecológica donde se asesora a los turistas sobre el valor de lo que se puede ver y percibir en las sierras.
Este atractivo lugar combina la generosa oferta de la naturaleza con la posibilidad de un verdadero descanso y la alternativa de la aventura en un sitio cargado de magia.