A pesar del decreto que encomienda suspender por 90 días la habilitación de nuevos boliches en la ciudad, la Municipalidad insistió recientemente en un pedido al Concejo para que dé el okey a la apertura de dos cantinas bailables, en un hecho que por estas horas despierta no pocas suspicacias. La solicitud del municipio, que lleva la firma del intendente Hermes Binner y del secretario de Gobierno, Antonio Bonfatti, peca además de una grosera desprolijidad: se basa en un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos que se emitió un día después de formulado el pedido. Dictamen que refiere al pedido de habilitación de un solo negocio, no de dos, y omite el apellido de su propietario, al que identifica sólo con su nombre de pila.
El presidente del Concejo, Pablo Andrés Cribioli, recibió en su despacho el mensaje Nº18/2001, en el que Binner y Bonfatti formulaban el "pedido de habilitación de cantina bailable sita en Presidente Perón 3625 de Rosario" y, bajo el mismo rubro, la de "calle Córdoba 3549, efectuado por Horacio René Gómez". El primer pedido se tramita bajo expediente 47586-D-2000 y el segundo por el expediente 42045-G-2000 y agregados.
Ambos pedidos se tramitaban en momentos en que el Concejo emitió el decreto 19.662 que encomendó al Ejecutivo la suspensión de nuevas habilitaciones de locales bailables en toda la ciudad.
Ese fue, precisamente, el argumento de la Municipalidad: la posibilidad de que los propietarios de estos locales pudieran demandar al municipio, que si bien no había otorgado la habilitación definitiva, ya les había dado -al menos a uno de ellos- una viabilidad para instalar sus negocios.
El pedido a Cribioli se basa en un dictamen de Asuntos Jurídicos referido a la solicitud elevada por Horacio René Gómez para que se habilite su cantina de Córdoba 3549. Además de hacer algunas consideraciones respecto del carácter "más bien suplicante que imperativo" del decreto 19.662, el organismo recuerda en el dictamen que el solicitante "posee a su favor otorgada ya una viabilidad" para la instalación de una cantina.
"No puede ignorarse el flagelo que a la previsibilidad se ocasiona cuando un particular emprendió una actividad comercial y a posteriori se encuentra sumergido en una imprevista incertidumbre jurídica", dice el documento de Asuntos Jurídicos, donde puede leerse que "no sería aventurado arriesgar la posibilidad de que el recurrente, frustrado en su emprendimiento por la alteración del marco jurídico regulatorio, ensaye alguna actividad reparadora ante el eventual perjuicio sufrido".
Pero lo curioso es que el dictamen está fechado el 17 de mayo, y la nota enviada por Binner y Bonfatti que lo tiene como referencia fue hecha el 16, es decir, un día antes. El dato causó asombro en el Concejo, donde por estas horas se preguntan si el intendente y su secretario son adivinos.
Pero la desprolijidad no termina ahí: el dictamen de Asuntos Jurídicos habla de la presentación de "Horacio René", y omite el apellido del solicitante. El detalle no pasó inadvertido para los ediles, que se encargaron de gastar chanzas imaginando futuros dictámenes del organismo que invoquen a peticionantes por sus sobrenombres.
Otro detalle que más de uno advirtió es que, si bien el documento habla del caso de Horacio Gómez "y análogos", no remite a ningún pedido de habilitación de una cantina en Perón 3625, sí presente en el pedido enviado a Cribioli.
Más allá de los errores y las anomalías, lo cierto es que la actitud del Ejecutivo de insistir con dos habilitaciones de boliches cuando hay una decisión expresa del Concejo de no hacerlo, entorpece la armonía entre ambos poderes y no aporta soluciones al dilatado conflicto en el negocio de la noche rosarina.
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Facsímil de la nota enviada por Binner a Cribioli. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
