| | EEUU apoyaría a los anticastristas como inversión a largo plazo
| Washington.- La propuesta de ley que esta semana ingresó al Senado de Estados Unidos para destinar 100 millones de dólares a los grupos anticastristas dentro de Cuba fue defendida por uno de sus autores indicando que no se trata de una partida caritativa, sino de una inversión que redundará en beneficios para la economía estadounidense. El senador republicano Jesse Helms -del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara alta- que fue autor de la ley "Helms-Burton" de endurecimiento del embargo contra Cuba en 1996 y es también ahora coautor de esta nueva iniciativa, reconoció ante el plenario legislativo que se trata de una inversión que en el mediano plazo arrojará sus beneficios a la economía de su país. "Para aquellos senadores que no son fanáticos de la ayuda financiera a países extranjeros y yo definitivamente soy uno de ellos, debo enfatizar que la inversión que hicimos en la liberación de Europa del Este ha derivado en beneficios inconmensurables", argumentó Helms. "Eso es lo que proponemos hacer en Cuba. Nuestros empresarios y nuestros agricultores van a beneficiarse una vez que el pueblo cubano pueda empezar a reconstruir su economía. Esto no puede suceder hasta que el pueblo pueda deshacerse del régimen marxista que es la quiebra, en todos los sentidos de la palabra", agregó. La Ley de Solidaridad con Cuba fue redactada por Helms junto a los senadores demócratas Bob Graham y Joe Lieberman, quienes la ingresaron al Senado con el apoyo anticipado de otros nueve senadores. La ley establece que en los próximos cuatro años se destinarán 100 millones de dólares a apoyar -incluso con dinero en efectivo- a personas y organizaciones cuyo objetivo es derrocar el gobierno del presidente Fidel Castro. Además, habilita al presidente de Estados Unidos a autorizar remesas de dinero por fuera de este importe prefijado, tanto de organizaciones gubernamentales como no gubernamentales y también de individuos, con destino a fortalecer económicamente a los disidentes en la isla. El mandatario también podrá, de ser aprobada la ley en el Congreso, dejar sin efecto el embargo que pesa sobre la isla para habilitar importaciones de productos cubanos que sean producidos por microempresas independientes del Estado. En definitiva, esta iniciativa de ley -la primera diseñada para endurecer las políticas de Estados Unidos contra Cuba tras la Helms-Burton de 1996-, habilita por primera vez al gobierno de Estados Unidos a prestar ayuda financiera y no financiera a grupos disidentes que actúan dentro de la isla.
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