Villanueva, Colombia. - Con la expresión de alegría de unas 10.000 personas culminó la odisea de 200 campesinos a quienes los paramilitares les quisieron cambiar sus herramientas de trabajo por fusiles. Aplausos, abrazos y hasta lágrimas recibió a su paso la caravana que los devolvió ayer al corazón del pueblo, en los llanos orientales de Colombia. Dos centenares de trabajadores de una finca de palma africana fueron secuestrados el martes en la tarde por grupos paramilitares para reclutarlos en sus filas, según afirmaron rehenes liberados.
"Pensé que no los iba a ver en mucho tiempo con las cosas que nos decían allá, de que nos quedáramos", expresó Agustín Acosta uno de los secuestrados al abrazar a su madre y hermana. "Es como que vuelvan a nacer, estoy feliz porque era el único varón de la familia", aseguró Luz Mery Coca al ver bajar desde lejos de uno de los buses a su hermano Edison.
"Gracias a Dios"
Mientras tanto Manuel Rojas, gritaba por un altavoz "gracias a Dios que nos liberaron de nuestro enemigo", compartiendo su felicidad de haber recuperado la libertad en este pueblo repleto de carteleras de bienvenida, imágenes de la Virgen y banderas blancas. Es que en esta localidad de 24.000 habitantes no están acostumbrados a la violencia y tampoco quieren estarlo. Por eso solo 25 policías cuidan este poblado que es señalado como símbolo de desarrollo dentro de los llanos del Casanare.
"No queremos que quede la imagen que esto es el Caguán o el sur de Bolívar, esto es un hecho aislado, mañana la noticia en Villanueva es la paz", expresó el alcalde Hildebrando León. El edil se refería a una zona desmilitarizada que esta a 200 kilómetros al sur de Villanueva y que esta bajo control de la guerrilla más grande del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (Farc) y a otra área que se ha convertido en un campo de batalla entre paramilitares y rebeldes.