Este accidente es el segundo que sufre la Fuerza Aérea en lo que va del año. El anterior se produjo el 7 de febrero cuando un avión bimotor de la VII Brigada Aérea de Morón cayó en el patio de una casa de fin de semana de Moreno y murieron sus dos ocupantes cuando realizaban un vuelo de instrucción. El piloto fallecido en esa oportunidad, el capitán Guillermo Reyna, formó parte del cuerpo de helicópteros presidenciales y había trasladado en varias oportunidades a Fernando de la Rúa. Se trató de un Aero-Commander T-144, una máquina que puede transportar a seis tripulantes, utilizado por la fuerza para el traslado de personal. El avión quedó partido al medio y causó la muerte de Reyna y del teniente Franco Pesci. El avión Fokker F 27, el mismo modelo que se estrelló en el aeropuerto de Mendoza, es una nave construida para el transporte que puede llevar más de veinte toneladas de peso y en vuelo llega a alcanzar los 470 kilómetros por hora de velocidad. Estos aviones, que son fabricados en Holanda por la empresa Fokker, fueron incorporados al transporte de la Fuerza Aérea Argentina a finales de la década del 60. Según un informe técnico de la Fuerza Aérea, el F 27 tiene una altura de 8,51 metros, una longitud de 23,56 y una envergadura de 29 metros. La nave, cuando se encuentra vacía pesa unos 10.336 kilos y al momento del decolaje puede llevar unos 20.410 kilogramos. Entre otras características, el desempeño de vuelo de los Fokker le permite a este avión lograr una velocidad crucero de 435 kilómetros por hora y un alcance promedio de dos mil kilómetros.
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