Dos amenazas telefónicas de bomba, que resultaron falsas, demoraron ayer la salida de los primeros vuelos de Aerolíneas Argentinas del aeroparque porteño Jorge Newbery, en medio del conflicto laboral que afecta a la compañía y a sus siete mil empleados.
El gremio en el que se centra el conflicto, el de los técnicos aeronáuticos, anunció que hoy, después de una asamblea responderá al gobierno mientras que en Trabajo aguardaban una comunicación de los Aeronavegantes (azafatas y comisarios de abordo) para acordar una reunión.
Los llamados con las amenazas, que se produjeron ayer -poco antes de las 6.30- obligaron a demorar el primer vuelo de Aerolíneas Argentinas que debía partir con destino a la ciudad de Corrientes. La empresa debió modificar el esquema de vuelos, que se normalizó a las pocas horas.
Las amenazas fueron repudiadas por la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (Apta), uno de los dos gremios en conflicto, cuyo titular, Ricardo Cirielli, aseguró que "nosotros, a pesar de no estar cobrando el sueldo, no estamos haciendo ningún tipo de protesta porque no queremos que el pasajero tenga incertidumbre provocada por el gobierno español".
Apta no aceptará quitas salariales
El secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (Apta), Ricardo Cirielli, insistió ayer que en defensa de los trabajadores y de la seguridad de los vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral, "el gremio no aceptará la reducción de salarios y el aumento de horas de trabajo".
El dirigente aeronáutico dijo que protegen "no sólo al pasajero sino también a los tripulantes de cabina y a los pilotos". Además, afirmó que "los salarios significan solamente el 1 por ciento del déficit que tiene Aerolíneas Argentinas. Por más que aceptemos la propuesta jamás vamos a ver la solución al conflicto económico que tiene la empresa porque es un problema político".
La Ciudad
