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No existe la "droga de la felicidad"

Soy un lector del suplemento Salud, que se publica los miércoles. Considero que es un eficaz vehículo de divulgación de temas relacionados con calidad de vida y medicina. Sin embargo, leí con preocupación que en la nota sobre "ataques de pánico", se ha tratado desde una perspectiva bastante restringida: la farmacológica. Reducir un tema tan complejo como el padecimiento psíquico humano a un desorden en la neurotransmisión me parece un grave error, y no deja de inquietarme la noción que el lector no especializado pueda formarse sobre el asunto. En ese contexto, se alude a la psicoterapia como "un complemento" del psicofármaco, cuando en realidad debería ser exactamente al revés. No hay psicofármaco capaz de resolver por sí mismo un conflicto psíquico; no es más que un recurso capaz de acotar ciertos síntomas con que el psicoterapeuta cuenta en el marco de una psicoterapia. Sumando a esto, veo también que mucho se publica sobre la psicoterapia cognitiva conductual como la herramienta ideal. Sin menoscabar las virtudes de esa terapia, debo decir que no es la única que existe. En estos tiempos que no nos cuestionamos el origen de nuestros sufrimientos, dudas y contradicciones, contribuir desde los medios de comunicación a alimentar la fantasía cultural de la "droga de la felicidad" no me parece una actitud constructiva.
Ramiro Bonilla