"Roma magnífica" es el nombre de la selección de más de 130 aguafuertes del maestro italiano del siglo XVIII Giambattista Piranesi (1720-1778), que desde la semana pasada se exhibe en la planta alta del Museo Castagnino (Pellegrini y Oroño). Piranesi es considerado uno de los mejores grabadores de todos los tiempos, inclusive muchos críticos lo suelen considerar por encima de Winckelmann y William Blake, y lo señalan como maestro e inspirador de Goya. Pero la exposición tiene otro valor agregado de extrema importancia: la fuerza de la documentación histórica implícita en las obras.
Esta muestra, de excepcionales características y que en la Argentina sólo será vista en Rosario, se hizo posible por las tramitaciones del consulado de Italia en Rosario, que logró extender los permisos de exposición, luego de haberse mostrado en Uruguay, donde se inauguró cuando el presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, visitó recientemente ese país.
Arquitecto y grabador, Piranesi nació en 1720 en Mogliano (Mestre, en pleno Véneto) y vivió su juventud en Venecia. Ahí frecuentó el arte de la "veduta", representación testimonial del paisaje urbano centrada en los hechos de la vida cotidiana, llevando esa modalidad a sus mayores niveles de expresividad y sensación vital a través de sus aguafuertes.
Con tales herramientas recreó aspectos de la antigüedad romana: la serie de "vedute" de Roma en más de 130 estampas abarcó tres décadas de la vida de Piranesi, hasta su muerte en 1778 y es el conjunto más divulgado de toda su producción.
Allí figuran monumentos protagónicos de la iconografía romana, a través de la cual Piranesi multiplicó su fama en vida transformando la convencional veduta, que deja de ser un mero recuerdo topográfico para convertirse en sugerente imagen de gran poder expresivo. Pero los aguafuertes son mucho más que láminas de arqueología, dado que el paisaje está registrado de una manera singular.
Una visión barroca
Como se ha dicho, la visión de Piranesi es fundamentalmente barroca, es decir que refleja una visión pasional y en primer lugar ve la obra de arte como un valor espacial. En medio de las ruinas de las antiguas construcciones de Roma, el desmoronamiento facilita su ordenación dentro del paisaje que las rodea: el artista las muestra ahogadas por la vegetación, pobladas de fantasmagoría y al mismo tiempo bañadas por el aire y la luz.
En la serie, se pueden ver distintas imágenes de la antigua Roma, monumentos históricos y sepulcrales, las mayores basílicas de la ciudad y lugares universalmente conocidos como Piazza Navonna, la Fontana di Trevi, el Pantheon, el Campidoglio y el Colosseo, en el estado en que se encontraban en la primera mitad del 1700. También hay trabajos que muestran la arquitectura y las ruinas en los alrededores de la ciudad, entre ellos varios templos y la Ville de Tivoli.
Para los especialistas, las obras de Piranesi tienen además la importancia de señalar el sentido arquitectónico verdadero de la antigua Roma, ya que el autor tomó como fuente al historiador Tito Livio, para realizar una mayor aproximación al contexto cultural y arquitectónico de la Roma antigua.
La muestra de Piranesi, que cuenta con el auspicio de la Presidencia de Italia, fue organizada por la Fundación Antonio Mazzotta, que también editó un excelente catálogo. Puede ser visitada en la planta alta del Castagnino de lunes a viernes, de 12 a 21, y sábados y domingos, de 10 a 21, hasta el 31 de mayo. Por cuestiones de conservación de las obras, la exposición tiene una iluminación especial. Para ingresar, se debe abonar una contribución de un peso.
La Ciudad
