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Utopía sobre la política

Cuando Menem sugirió que se suspendan las elecciones parlamentarias de octubre, para así reducir la cantidad de senadores y diputados, no supe que se diera importancia a tal declaración. Bueno sería que en forma pacífica y económica se lograra achicar el número de legisladores, aunque fuera por dos años. Según las encuestas, la mayoría de los argentinos está disconforme con los gastos que demanda el sostenimiento del Poder Legislativo, en toda la república. Protestamos y no sabemos cómo emplear lo que se supone es "el poder del pueblo". Creo que sí se podría, usándolo sin manifestaciones, sin ruidos, en forma sencilla y fácil de realizar y sin ningún esfuerzo adicional. Solamente hay que ir a votar cuando nos convoquen. ¿Qué haremos? Entrar al cuarto oscuro, tomar nuestro voto preferido y anularlo cruzándole líneas con una birome. No revisar ningún nombre porque seguramente los habrá honorables, y por ellos, agreguemos la palabra "perdón". No serían votos en blanco, sino anulados, que representarían a un pueblo, que no dispone de un medio más manso que éste, para manifestar en silencio su protesta por tanto despilfarro. Claro, es una utopía, pero nos recuerda que los ciudadanos argentinos tienen aún poder con su voto.
Haidé Zoela de Garello