Se complica la crisis en Rafaela Alimentos

El gremio reclama al frigorífico que cumpla con un convenio salarial de emergencia firmado en febrero

Gustavo Orellano

Casilda. - Las conversaciones entre el gremio de la carne y la empresa Rafaela Alimentos SA para convenir una nueva remuneración salarial siguen en pie pero, por el momento, no arrojan resultados positivos. El lunes las partes se reunieron en la delegación rosarina de la Secretaria de Trabajo donde se resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta la semana entrante. En tanto trascendió que la planta de la firma en Casilda podría paralizarse momentáneamente, lo cual fue desmentido por el gerente Jorge Torelli.
El gremio reclamó la diferencia de los haberes de abril y la empresa lo rechazó, aunque está dispuesta a seguir negociando. La firma desechó el pedido tras fundamentar que está concursada y, por esa razón, "se cayó el convenio" que suscribió meses atrás con el sindicato para regular los las condiciones de trabajo.
La empresa intenta satisfacer el planteo de los trabajadores con la entrega de adelantos de acuerdo a la situación particular de cada empleado, pero el gremio aún no tomó una decisión al respecto.
Según el secretario general del Sindicato de la Carne de Casilda, Sixto Vallejos, la empresa debe respetar el acuerdo sellado en febrero pasado porque "se hizo para evitar el cierre del frigorífico y es lógico que lo cumpla".
El dirigente además recordó que "tampoco respetó lo convenido en la comisión de emergencia de la industria frigorífica en cuanto a sus obligaciones asumidas como empresa". Ese pacto consiste en que el Estado brinde asistencia y exima del pago de ciertos servicios y tributos fiscales a las empresas que, a cambio de esos beneficios, no pueden tomar decisiones inconsultas que afecten las relaciones laborales, como hizo Rafaela Alimentos.
En este sentido, la comisión de emergencia convocó para mañana a representantes de la empresa al fin de discutir el tema. Se especula con que corre serio riego de ser eliminada de la lista de establecimientos que reciben ayuda oficial si no se aviene a respetar el referido convenio, tal como lo solicitó el gremio.
El conflicto comenzó cuando la firma resolvió semanas atrás reducir las sueldos de sus trabajadores tras presentarse en convocatoria de acreedores y desconocer los convenios laborales pactados previamente, lo que generó el inmediato repudio del gremio. El ajuste afecta tanto a los obreros del frigorífico de Casilda como a los que quedaron en la fábrica de fiambres de Rafaela después de los despidos. El reclamo partió del sindicato casildense porque en febrero pasado suscribió con la empresa un acuerdo para enfrentar la crisis del frigorífico, aunque en la planta rafaelina no pasó lo mismo.