Marcela Isaías
Dos alumnas de la Escuela Nº1.080 Gabriela Mistral de Rosario, Karen Hoffman (9 años) y Sabrina Fernández (11 años), clasificaron para participar en el XII Festival Panamericano de Ajedrez de la Juventud, que tendrá lugar en Guaymallén (Mendoza) entre el 28 de mayo y el 6 de junio próximos. A diferencia de los demás finalistas provenientes de clubes federados, las dos nenas llegaron a esta instancia internacional desde un taller de ajedrez escolar. A pesar del logro, aún no pueden garantizar el viaje por falta de recursos económicos. Karen Hoffman cursa el 5º año de la EGB y participa desde hace un año en el taller de ajedrez escolar que todos los lunes por las tardes reúne a unos 40 chicos, en la Escuela Gabriela Mistral de San Lorenzo y Wilde. Con una seguridad envidiable dice que "todos tienen posibilidad de aprender si practican". A pesar de su corta edad y del tiempo que se dedica al ajedrez, Karen puede describir una partida con los ojos cerrados, imaginando cada movimiento de las piezas. "Cuando aprendo una jugada y me sale bien enseguida se la enseño a otro compañero para que también la sepa", comenta esta nena que confiesa quiere ser en un futuro maestra de ajedrez. "Justamente, este tipo de talleres promueven la socialización del conocimiento, porque los entrenamientos y competencias no son individuales sino en equipos", dice el profesor de ajedrez de la Escuela Nº 1080, Juan Jaureguiberry. Para Sabrina Fernández estudiar matemática tenía sus dificultades, es más las notas no eran muy buenas. "Desde que juego al ajedrez -hace dos años- me gusta más la materia y además levanté mis notas", cuenta orgullosa de sus progresos. Sabrina está en 6º año de la EGB y coincide con Karen en decir que el ajedrez es "un juego tranquilo, divertido, donde hay que pensar mucho para saber qué movida hacer y hará el otro jugador". Según Susana Noriega, la directora de la escuela Mistral "la importancia de contar con ajedrez en la escuela está ligada a lo que significa para el aprendizaje de la matemática y la geometría". Aunque piensa que uno de los logros fundamentales mostrados a través de Karen y Sabrina es hacer posible "la igualdad de oportunidades, más allá de las carencias económicas". Para participar del certamen Panamericano las alumnas de esta escuela pública no sólo deberán pagar los 200 pesos de inscripción que les cobra la Federación Argentina de Ajedrez, sino también pasajes y estadía de 10 días en Mendoza. Tanto para Karen como Sabrina la situación no es nada sencilla. Uno de los papás de las nenas es camionero y otro pintor de autos, en tanto que una de las mamás tiene un pequeño negocio y la otra no tiene trabajo. Hasta el momento lograron 100 pesos aportados por la Asociación Rosarina de Ajedrez y una ayuda previa para el viaje en que clasificó Karen, del Rotary Club Zona Oeste de Rosario. "Para el 25 de mayo, organizamos en nuestra escuela un torneo de ajedrez escolar para niños y jóvenes hasta 20 años, lo recaudado será para el viaje de las chicas", dice la directora Noriega. En el taller escolar de ajedrez, actividad que Jaureguiberry coordina ad honórem desde 1995, participan alumnos y ex alumnos de la Escuela Gabriela Mistral, y chicos de colegios vecinos. Paralelamente, en la Escuela Nº 1080, se dictan clases de ajedrez en los 5º años de la EGB, como una materia curricular más. En la actualidad son 8 las horas semanales destinadas a estas clases; que también se dan en las Escuelas Nº54, 56, 58, 141, 156 y 816 de Rosario. A través del Plan Provincial de Ajedrez Escolar, estas horas alcanzaban en 1993 a más escuelas y ascendían a 16 semanales. En 1994, la provincia de Santa Fe no pagó las horas de trabajo a los docentes y recién en 1999 pudieron recuperarse la mitad del tiempo de clases.
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