Año CXXXIV
 Nº 49.115
Rosario,
domingo  13 de
mayo de 2001
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Se mató Juanita Martínez, la viuda de Marrone
La actriz fue hallada en la cama con un tiro en la cabeza. En una mano tenía una foto del capocómico

La admirable y profunda relación sentimental que mantuvieron Juanita Martínez y el célebre comediante José Pepitito Marrone -uno de esos amores como los que ya no se encuentran-, terminó ayer trágicamente cuando la ex vedette decidió despedirse del mundo para unirse a él en algún lugar del más allá. La viuda de aquel magnífico comediante que supo ganarse el cariño del público con su famoso Cheeeeee! -expresión dulce o burlona que decía mirando a cámara, con los ojos bien abiertos, el ceño fruncido y los labios arrugados- se suicidó en su casa, disparándose un balazo en la cabeza.
Aún varios años después de muerto, Martínez, de 76 años, mantenía una orgullosa y sincera relación de amor nostálgico con el recuerdo de su marido, a quien seguía queriendo y tratando en ausencia, como si estuviese vivo.
En su necesidad de agradecer los buenos momentos y de sentirse cerca de quien le había mostrado, como ningún otro, el rostro de la felicidad, levantó un museo en su propia casa con fotografías de Marrone, sus gorras y la nariz de payaso con la que más de una vez la había hecho sonreir, al igual que a muchas otras personas.
La mujer de "las mejores piernas de la Argentina", como le decían sus admiradores, fue también la que más alegrías prodigó al cómico.
El cariño y la admiración que Marrone sentía por ella eran tan grandes que un día llegó a decir que si ella se hubiera ido con otro, él hubiese tomado una grave decisión: se hubiera ido con los dos.
Ese sentimiento profundo e indescriptible, esa pasión inacabable era mutuo, como demuestra la última imagen que dejó Juanita: muerta, con un arma en una mano y una fotografía de su esposo en la otra.
Como explicó en una entrevista periodística, cuando recordaba el 27 de junio de 1990, el día de la muerte de Marrone, sentía que a su marido se lo había llevado Dios, "porque si por él hubiera sido, tendríamos que habernos ido los dos juntos".

Una relación difícil
Más allá de los lazos estrechos que los unían, la relación no fue fácil para ella, ya que durante 22 años tuvo que resignarse y aceptar compartir a Marrone con la esposa de la que el actor nunca se separó y con la que tenía una hija. Esa situación terminó cuando la mujer falleció y, recién entonces, la pareja pudo casarse.
Cocola, como ella y sus amigos le decían a Marrone, la conoció cuando era un payaso muy pobre y Juanita le ayudaba. "«Qué gamberolas que tenés», me decía, y yo contestaba «qué ordinario que es». Pero me fue conquistando", recordó Martínez en una de las últimas entrevistas que le hicieron antes de su muerte.



Juanita Martínez en 1964, su época de esplendor.
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