Tres personas fueron detenidas acusadas por comprar mercadería y pagarla con cheques de una cuenta bancaria que se hallaba cerrada. El monto de la estafa fue estimada por los investigadores policiales y judiciales en diez mil pesos. En el caso están involucrados otros dos hombres, que hasta anoche no habían sido localizados por la policía.
Una fuente policial señaló que la investigación del caso se inició anteayer al mediodía. Ese día, la propietaria de un aserradero de San Juan 3420 se presentó en la comisaría 6ª para denunciar la maniobra.
Marta Ravizzini, de 56 años, titular de la firma Legno, les dijo a los agentes que un hombre que se presentó como Alberto Pérez había adquirido una carga de madera en su negocio. El supuesto comprador convino con Ravizzini cinco operaciones comerciales por un monto de 10 mil pesos y le pagó la mercadería con cinco cheques por un valor de dos mil pesos cada uno.
Los operativos
Sin embargo, cuando la comerciante presentó los valores en una entidad bancaria, que no fue precisada por los informantes, se encontró con que no podía cobrarlos: la empresa que había librado los valores tenía la cuenta cerrada. A partir de la denuncia de Ravizzini, los agentes de la seccional 6ª iniciaron la investigación del suceso y anteayer a las 15 comenzaron a desbaratar la maniobra delictiva.
Los policías llegaron primero a una casa ubicada en Cullen 1569 A y observaron los movimientos en la zona algunos minutos hasta que un episodio les llamó la atención: tres hombres que llegaron al lugar en una pick up Dodge comenzaron a descargar madera en la vivienda.
Los tres individuos fueron detenidos de inmediato, con la presunción de que se trataba de los hombres buscados en relación a la maniobra. Según indicaron los voceros, se trata de Rubén Navarro, de 57 años; su hijo Darío, de 27, y Jorge Alberto Víttori, de 52, quien, al ver a los agentes, escapó al interior de la casa y saltó un tapial, pero poco después fue atrapado.
Precisamente, de acuerdo a la versión policial, Víttori fue el hombre que se presentó en la firma Legno y pactó con Marta Ravizzini la compra de la mercadería con una identidad falsa: dijo llamarse entonces Alberto Pérez y residir en una casa ubicada en Solís al 700, pero en realidad ése no es su verdadero domicilio, según constató más tarde la policía.
El otro operativo se concretó en una obra en construcción situada en pasaje Santángelo 1059. Los policías llegaron a este lugar porque contaban con la información de que podían hallar otra parte de la mercadería comprada en el aserradero de calle San Juan.
Allí detuvieron al encargado de la obra, Gabriel Carelli, de 29 años, bajo la acusación de encubrimiento. También secuestraron ciento veinticuatro metros cuadrados de madera que supuestamente habían sido vendidos por los autores de la maniobra delictiva. Una fuente de la investigación estimó que los agentes incautaron al cabo de los operativos mercadería por un valor de siete mil pesos.
En busca de cómplices
Un vocero judicial señaló que Gabriel Carelli luego de declarar recuperó la libertad, porque no tenía antecedentes delictivos, aunque continúa vinculado a la causa. Por otra parte, Víttori, según la fuente, cometió delitos contra la propiedad.
En el caso también están implicados otras dos hombres bajo la sospecha de haber actuado como partícipes en la maniobra delictiva, pero hasta anoche no habían sido localizados por la policía, que declinó proporcionar su identificación. Los tres detenidos en la comisaría 6ª declararán mañana en el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, a cargo de Carlos Carbone, que está a cargo de la causa.
La Ciudad
