El ex director de la reserva ecológica porteña, Sergio Carlos Recio, fue procesado por presunta "falsificación de documento público y administración infiel" cuando estuvo al frente de esa repartición. El imputado se desempeñó como director de esa reserva durante las administraciones de Fernando de la Rúa y Enrique Olivera en la jefatura de gobierno porteño, y en los primeros tiempos de la gestión de Aníbal Ibarra.
Recio fue procesado en primera instancia -medida confirmada por Cámara- por ambas figuras delictuales. Los presuntos ilícitos que se le achacan -quien se encamina a afrontar un juicio oral y público por el que podría sufrir una condena de hasta seis años de cárcel- se habrían cometido entre 1995 y 1998.
El ex funcionario fue procesado en un causa en la que también están involucrados otras seis personas por el juez de instrucción Juan José Mahdjoubian el 11 de agosto de 2000. Además, en setiembre de ese año, cuando Ibarra ya era jefe de gobierno porteño, fue reemplazado en el cargo por el actual titular, Raúl Uzal.
Durante ese lapso, la Justicia dio por acreditado que se presentaron facturas con presuntos gastos de caja chica para pagos apócrifos de servicios y bienes inexistentes. Además, quedó probada prima facie que una persona que por otra causa debía cumplir con trabajos comunitarios en la reserva ecológica como parte de una probation, pagaba una suma de dinero a autoridades de esa repartición para que hicieran figurar que cumplía con esos trabajos que, en realidad, no realizaba.
Dos veterinarios procesados
En la causa también fueron procesados dos veterinarios y un remisero, a raíz de presuntas intervenciones quirúrgicas a animales domésticos y silvestres que habitaban en la reserva, que tampoco se realizaban.
Según la documentación sobre el caso, los animales eran supuestamente trasladados desde la reserva ecológica a una veterinaria ubicada en la calle Luis María Campos al 400 -Capital Federal- que era propiedad de una profesional que también era empleada municipal. Allí presuntamente eran sometidos a operaciones por las que se facturaban importes supuestamente mayores a los valores de mercado.
Los animales eran transportados en un remise que aguardaba en la puerta del consultorio para llevarlos de regreso, una vez concluida la intervención, a la reserva. Pero, tras las investigaciones, la Justicia dio por probado que muchas de esas operaciones eran inexistentes.
El juez Mahdjoubian procesó a todos en primera instancia y la Sala Nº1 de la Cámara del Crimen confirmó parcialmente las medidas adoptadas.