Jerusalén/Gaza. - Tras interceptar un barco con armas pesadas y recibir las amenazas de venganza pronunciadas por miles de palestinos que participaron en el entierro del bebé fallecido en un ataque israelí, el gobierno de Israel manifestó ayer su temor a una escalada del conflicto en Medio Oriente. En otro hecho de violencia, un colono israelí fue asesinado ayer de varios disparos y puñaladas en un asentamiento de Cisjordania.
Miles de palestinos juraron vengar la muerte del bebé de cinco meses que fue asesinada el lunes durante un ataque israelí contra un campo de refugiados en el sur de la Franja de Gaza. El cuerpo de la pequeña Iman Hejo, envuelto en una bandera palestina, fue portado a hombros por las calles de la localidad de Deir el Ballah, donde fue enterrada.
En el sepelio participaron también representantes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), líderes de varios grupos palestinos e islámicos, académicos y miembros árabe-israelíes de la Knesset (Parlamento israelí). El padre del bebé expresó con voz entrecortada: "Al parecer mi bebé llevaba un arma y Ariel Sharon (premier israelí) la mató, porque disparó contra él".
Ariel Sharon "lamentó" públicamente el lunes la muerte de la niña. Sin embargo, el premier indicó que el ejército había disparado contra el campo de refugiados porque desde ahí se habían lanzado granadas de mortero contra objetivos israelíes en la Franja de Gaza.
En tanto, cientos de habitantes de asentamientos judíos se manifestaron contra del primer ministro israelí horas después del asesinato de un colono, en una jornada en la que también se informó de la muerte de un joven palestino de 16 años. "Sharon: prometiste y no cumpliste", rezaban las pancartas que portaban los colonos, que se concentraron frente a la residencia oficial del primer ministro, en la Plaza de París, en Jerusalén.
Los manifestantes acusaron al líder derechista del Likud de no protegerlos de la Intifada (levantamiento popular palestino), iniciada en septiembre pasado contra la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza. La manifestación, que culminó con el rezo colectivo de las dieciocho oraciones de la tarde en dirección a la ciudad antigua de Jerusalén, siguió al sepelio del colono asesinado.
Miedo y violencia
Extremistas palestinos volvieron a lanzar fuego de mortero contra un asentamiento -el de Morag, cerca de Rafah-, en el sur de la Franja. El ataque no causó heridos, según Radio Israel. Residentes palestinos en Rafah aseguraron que vieron tres helicópteros militares sobrevolando el sur de la Franja de Gaza, provocando pánico en la población. De acuerdo con testigos, las fuerzas de seguridad palestinas evacuaron sus edificios en numerosas ciudades de la Franja, por miedo a que los helicópteros dispararan contra ellos en venganza por el fuego de mortero.
Por su parte, la organización radical palestina Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CT) -que opera desde Siria- se atribuyó el envío de armas en el barco procedente de Líbano que fue interceptado por la marina israelí el lunes.
El barco, una motonave de cabotaje, llevaba a bordo 40 toneladas de armas y munición, entre otros cohetes antiaéreos, 120 rampas para el lanzamiento de cohetes antitanques, cohetes Katiusha, así como 13.000 cintas de municiones para ametralladoras Kalashnikov. "Este no ha sido nuestro primer envío y tampoco será el último", anunció ayer el jefe de la organización palestina, Ahmed Yibril, en Damasco. En caso necesario, el FPLP-CT empleará medios aún más drásticos "de los que nuestro enemigo no se puede hacer ni una idea", amenazó.
Los servicios secretos de Israel habían manifestado en las últimas semanas el temor de que los grupos de palestinos radicales pudieran en el futuro adquirir armamento pesado en Líbano para combatir a las tropas de ocupación israelíes. El ministro palestino de Información, Yassir Abed Rabbo, negó cualquier implicación oficial palestina en el contrabando de armas y sostuvo que la organización de Yibril no forma parte de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Mientras, en Alemania, el ministro de Exteriores danés, Mogens Lykketoft, exhortó al gobierno israelí, en nombre de "la mayoría de los gobiernos de la UE", a realizar un cambio radical de su política. Tras un encuentro con su colega israelí, Shimon Peres, al margen de la V Cumbre del Partido de los Socialistas Europeos (PSE) en Berlín, Lykketoft afirmó que esperaba que "aquellos factores que están generando un nivel inaceptable de violencia sean abordados". Eso incluye poner fin a las "actividades de asentamientos por parte del gobierno israelí" y al "bloqueo económico" de los territorios palestinos, añadió.