"Me interesa mucho la historia del arte y también la pintura, por eso vine. He visto obras de Salvador Dalí, pero en libros solamente", comentó Soledad, de 23 años, minutos antes de entrar a ver la muestra de Dalí en el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino. Los más de 2.000 visitantes que acudieron a la convocatoria el último fin de semana, dan cuenta de la popularidad del plástico español que daría envidia a más de un artista mediático y contemporáneo. La megaexposición atrajo no sólo a los especialistas, sino también a más de un curioso que no quiso perderse la posibilidad de ver las obras del creador catalán, que por primera vez llegaron a Rosario.
"Me interesa mucho la vida de él, he leído de sus cosas y de su obra en las revistas", comentó Griselda, 44 años, deslumbrada ante la posibilidad de acercarse a una escultura.
La proximidad de Dalí con los rosarinos tuvo su impronta en los comentarios de los más chicos, al menos unos 500 estuvieron en el Castagnino el sábado y domingo. Sin tapujos, dijeron que el artista les parecía "horrible" pero también "un maestro total". "Me encantaron los colores que usó y sobre todo las cosas de plata", afirmó Florencia, de 12 años.
Las visitas guiadas fueron, durante el fin de semana, las preferidas del público que escuchaban, con paciencia e interés, el marco teórico y temporal de la muestra del catalán. Pero además los comentarios de los visitantes quedan escritos en un libro, en el que se pueden encontrar opiniones de las más diversas. "Toda una experiencia", firmó un admirador del surrealista, aunque otro fijó su mirada en la ya mítica Gala: "A mí me gustó su mujer", estampó un rosarino más atrevido.
"En realidad no sé mucho de pintura, pero ésta me gustó mucho y me pareció interesante", confió Gustavo, de 29 años, junto a su novia y su cuñado, a la salida de la muestra.
La muestra que es auspiciada por La Capital, incluye objetos de plata, serigrafías, esculturas y fotografías de Dalí y su mujer Gala, quien fuera su musa inspiradora por varias décadas hasta el final de sus días en 1989.
"Me encantó ver la exposición, es una posibilidad que no se da frecuentemente y por eso vinimos con toda la familia", comentó José María, 48 años, rodeado por toda su prole. "Es cierto que salió un poco caro pero de vez en cuando hay que hacer estas salidas que son importantes", remató.
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La Ciudad
