Rodolfo Montes
Carolina Papaleo encontró una perfecta continuidad laboral entre la exitosa tira "Los buscas" y "PH (propiedad horizontal)", la nueva propuesta del mismo canal, Azul televisión, que desde el 2 de abril ocupa la privilegiada franja de las 22. Su personaje, Panchita, maneja un quiosco de diarios con gran habilidad, y aunque su femineidad aparece algo oculta detrás de su ropa varonil, ya empezó una historia de amor con Chiche (Gerardo Romano).
En los estudios de la localidad bonaerense de Martínez, donde pasa muchas horas para grabar "PH", Carolina Papaleo recibió a La Escenario y confesó que recién ahora disfruta de su trabajo. "Yo me crié entre los decorados, en un mundo de ficción. Es más que lógico que me dedicara a la actuación, estaba como cantado. Mi hijo Matías viene a las grabaciones y dice «la casa de mamá» aunque sabe que es una casa transitoria y de cartón", afirma como presagiando lo que sería una tercera generación sobre las tablas.
-¿Cómo fue el día que dejaste de ser la hija de Irma Roy para ser Carolina Papaleo?
-El corte en la relación con mi mamá fue más para los demás que para mí. De mi parte siempre tuve claro que quería mi espacio propio y no ser la hija de. Igualmente no fue sencillo que dejaran de asociarme a mi mamá, porque ella es una persona muy importante.
-¿Tu historia de trabajo en la actuación fue placentera?
-Creo que recién ahora estoy disfrutando de lo que hago. Siempre me pesó mucho la responsabilidad de tener trabajos importantes. Recién ahora me pude distanciar un poco y pasarla mejor. También cuenta con qué grupo te encuentres. Acá hay que convivir muchas horas y si te llevás bien todo funciona mejor. Hay energías que suman otras que restan.
-¿Cómo te va con "PH"?
-Es copado hacer un trabajo que tiene que ver con la noche, pero se sabe que hay que estar muy encima para grabar un programa diario y eso nos impide a los actores realizar en paralelo otras actividades. Acá sabés a la hora que entrás pero nunca está claro cuando terminás.
-¿Cómo te llevás con tu personaje?
-Con Panchita me estoy acomodando. Por suerte estoy mejor que en el primer capítulo, cuando tenía muy cercana a Lola (su personaje en "Los buscas"). Me pasó que no tuve un tiempo entre la telenovela anterior y "PH" como para descansar un poco y terminar de despegar del personaje. Ahora estoy mucho más cómoda, ya sé de qué se trata Panchita, cómo piensa, cómo se mueve.
-¿Cómo se corta un personaje para que nazca otro?
-Tuve que hacer un trabajo interno para despedir a Lola y dar lugar a la llegada del nuevo personaje. Me ayudó el hecho de encontrarme con nuevos compañeros, que si bien son actores con los que he trabajado en algún momento, se trata de un proyecto distinto.
-¿Cómo seguirá la relación de Chiche (Gerardo Romano) con Panchita?
-Se va ir complicando (risas). Ahora se están conociendo, salen y está todo bien. Pero con los capítulos habrá más fricción sino nos aburrimos.
-¿Buscás alguna inspiración para componer el trabajo?
-Cuando me toca un personaje no trato de buscarle relación con otros personajes, sino que me pongo a estudiar qué es lo que me están proponiendo en cada caso. Cuando lográs pensar como el personaje que actuás, ahí empieza un proceso de sumarle detalles y darle mayor definición. Me ayuda para el trabajo registrar cosas de la vida, de la gente que voy conociendo, de mis amigos, y no tanto de la ficción ya realizada.
-¿Qué se puede esperar de "PH"?
-Es una comedia diaria, el público lo único que tiene que hacer es verla y relajarse. "PH" no propone sufrimiento ni rebusques complicados que obliguen a reflexionar. Son varias historias juntas con un tiente de comedia en cada escena.
-Comedia para relajarse con actores consagrados.
-Lo bueno es no menospreciar el género. Si uno parte de la premisa que una comedia la puede hacer cualquiera creo que está equivocado. Siempre digo que hacer reír es un oficio difícil, requiere más esfuerzo del actor que en los dramas donde el sufrimiento está dentro de la historia de los personajes, y se busca que el público se involucre en ese mismo sentimiento. La comedia no es fácil y hacer reír en un momento del país donde las cosas no están bien es meritorio.
-¿Tratás de orientar tu carrera en cuanto a los trabajos que elegís?
-Los trabajos se van dando. Hoy por hoy a los actores nos cuesta mucho ejercer un dominio de nuestra carrera, en el sentido de elegir qué queremos hacer y qué no. No hay tantas propuestas como las que hubo en otras épocas y uno se va acomodando a las circunstancias.
-¿Cómo vivís la explosión de reality shows?
-Los reality me aburren bastante y ahora veo que están tratando de ficcionarlos para que sean más interesantes. Es como si pusieran una cámara en mi casa, te dormís en el momento. La vida privada de la gente, de todos nosotros, es normalmente aburrida y por eso se inventó la ficción que es una manera imaginar historias de vida más creativas que las vidas reales. No sé bien cómo lo manejarán, pero están provocando que surjan circunstancias de conflictos, porque de lo contrario se vuelven muy aburridos.
-¿Los reality copian las novelas?
-De algún modo es una ficción hecha por gente que no son actores... y así salen. Yo tomo la propuesta de los reality como parte de la ficción de la televisión.
-¿Tenés opinión en la polémica alrededor de la conducción de una actriz emblemática como Soledad Silveyra en "Gran hermano"?
-Sé que viene siendo muy criticada por colegas por el hecho de conducir ese programa, creo que es un momento muy difícil para opinar de los compañeros. Y tomo las palabras de Ana María Picchio que contestó hace unos días una pregunta en ese mismo sentido, que me parecieron un hallazgo. Si Solita creyó que aceptar esa conducción estaba bien, es su elección y hay que respetarla. Tal vez no fue la mejor decisión, no tomó conciencia de la dimensión que tomaría su rol... No sé bien porqué lo eligió. Tal vez para divertirse, para hacer algo distinto, pero lo cierto es que le salió mal. No es tan grave equivocarse en la vida y después no poder retroceder porque hay un contrato firmado.
-¿A quienes les tenés especial afecto entre los actores?
-Entre las personas que me han ayudado a crecer como actriz destaco a Alicia Bruzzo que me mandó a estudiar con Raúl Serrano. A Alberto Migré que me dio la oportunidad de trabajar en una novela con un texto con el que aprendí mucho. En realidad, hubo mucha gente que me ayudó a lo largo de la carrera, aunque sea avisándome de programas que se estaban armando y pueda presentarme.
-¿Cómo ves, a la distancia, la etapa que te tocó estar en los medios por conflictos matrimoniales más que por tu trabajo como actriz?
-Es parte de las reglas del juego. También hay que pensar que desde que empecé a trabajar hasta ahora los medios operaron una gran transformación, hasta llegar a poner el ojo fijo en la vida privada de la gente. Los reality son la consecuencia natural de una evolución hacia invadir la vida privada de los actores. Se metían, se metían, hasta que un día tuvieron la obvia idea de inventar doce famosos, encerrarlos y rodearlos de cámaras. Yo no trabajo para mostrar mi vida íntima, trabajo para expresarme, pero acepto las reglas de ser una persona pública.
-¿No hubieras querido ser la protagonista de la historia de tu divorcio?
-Estuve demasiado tiempo expuesta por mi separación, más de lo normal. Se dieron circunstancias que prolongaron el tema y eso me perjudicó. Se trata de un aprendizaje de algo distinto a la actuación, es encontrar un modo de proteger tu vida privada de la avanzada de los medios. Es bien difícil de manejar. Muchas veces apreté los dientes, sin que nadie me vea, cuando hablaban de mí y traté de concentrarme en lo que sé hacer que es actuar.
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La Ciudad
