Rodolfo Cirielli, secretario general de Apta, reafirmó ayer la voluntad de lucha de los trabajadores al decir que "vamos a sacar a los españoles del medio, porque ellos son los responsables absolutos del vaciamiento humano y material de Aerolíneas Argentinas y Austral. Ahora tenemos que tratar de no bajar la guardia, porque la pelea sigue", aseguró. El gremialista indicó que la conciliación fue aceptada porque "está planteada en los términos que Apta pretendía, es decir con la totalidad de los compañeros (despedidos) reingresados". En cuanto a la reanudación de los vuelos de cabotaje e internacionales de las dos empresas, dijo que "esto lleva un plazo gradual. Esto no va a volar el día de mañana -por hoy-. Acá hay una serie de procesos que hay que cumplir, a estos aviones hay que hacerles inspecciones, boletines", explicó. A pesar del principio de solución, Cirielli no se mostró optimista, ya que dijo que "de ahora en más, queda otra etapa muy dura". Añadió que "queda mucho tramo por recorrer. Si la empresa no cambia de rumbo, si no se gerencia como corresponde, es posible que dentro de poco tiempo tengamos exactamente el mismo problema". El conflicto entre la compañía y Apta, se profundizó con el despido de 500 trabajadores y el creciente temor de que la compañía administrada por el Estado español decrete la quiebra. Aerolíneas Argentinas, la compañía aérea más importante del país, fue privatizada sin deudas, pero actualmente acumula pasivos por alrededor de mil millones de dólares, según fuentes sindicales. La Sepi lleva adelante un plan director para reducir el gasto que contempla el despido de unos 1.350 trabajadores, de un total de 6.500.
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