El ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, advirtió sobre el flagelo de la corrupción. "Nunca debemos olvidar que atrás de un corrupto existe siempre un corruptor", dijo el funcionario, y precisó que son tan responsables "los que cobran, como los que pagan". Por su parte, a partir de la indagatoria a la que fue citado el ex presidente Carlos Menem por la venta ilegal de armas, la diputada nacional Elisa Carrió (UCR) pronosticó ayer el "desmoronamiento final del sistema de impunidad" que existiría en el país.
"Es como sacar la pieza principal del castillo de naipes, donde se cae todo", ilustró.
Así como Carrió aludió a un hecho concreto, tal como la citación a Menem, para referirse al fin de la "impunidad", el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, mencionó, por otra parte, un hecho virtual para advertir sobre el flagelo de la corrupción.
"Nunca debemos olvidar que atrás de un corrupto existe siempre un corruptor, y el sayo les cabe a todos: a los que cobran y a los que pagan", dijo el ministro, al inaugurar junto al secretario general de la OEA, César Gaviria, la Conferencia de la Convención Interamericana contra la Corrupción.
A mitad del año pasado, el gobierno que integra Jorge de la Rúa debió enfrentar precisamente su primera gran crisis política luego de que su entonces vicepresidente, Carlos Alvarez, denunciara que se habían pagado coimas para aprobar la ley laboral y que el dinero habría salido de la Side.
Ayer, el ahora ministro de Justicia -el año pasado era secretario general de la Presidencia- calificó a la corrupción de "monstruo de mil cabezas, cuyas ramificaciones penetran todo el tejido social".
Carrió explicó, en tanto -en declaraciones radiales-, que "hay un desmoronamiento (del sistema de impunidad) por pérdida de interés y por falta de legitimación".
"Por el otro lado -continuó la diputada-, hay algunos sectores independientes de la Justicia que han empezado a actuar y otros que han actuado hace mucho, y este desmoronamiento, consideró, facilita la investigación".
La fecha clave
La diputada concluyó entonces que "el bloque de la impunidad, al perder poder, facilita la verdad y la justicia", y agregó que el supuesto desmoronamiento puede producirse "antes o después" del 13 de julio, fecha en la que Menem deberá subir las escalinatas de los Tribunales de Comodoro Py.
"Puede ser que en un mes no pase nada -dijo- o que en 15 días se adelante todo, pero ya estamos en el desmoronamiento final, y verdad y justicia va a haber para muchos más que Menem".
Para Carrió, "la pieza de Carlos Menem determina vencer el aparato de impunidad y, en consecuencia, es como sacar la pieza principal del castillo de naipes, donde se cae todo".
Además, Carrió consideró "posible" que haya existido una reunión secreta entre radicales y peronistas para salvar a Menem de la cárcel, ya que a su juicio "las complicidades son transversales", aunque aclaró: "Yo no sé si existió".
Aclaró que Fernando de la Rúa "nunca puede ser imputado" de conspirar contra su antecesor: "Eso es un despropósito. (El presidente) no tiene poder ni para hacer eso, ni tampoco está muy preocupado, porque él evita los escándalos. No hay conspiración, hay desmoronamiento", insistió.
Al ser consultada sobre si De la Rúa no quiere meterse porque no le gusta el escándalo o porque "le cuesta mucho gobernar", Carrió respondió: "Creo que por las dos cosas".
Problemas de la globalización
Por otra parte, De la Rúa se manifestó convencido de que la corrupción "es un problema que afecta a todos los países, desarrollados o no, y que no se trata de un combate ético internacional, sino de cuestiones hoy decisivas en un mundo globalizado".
"El problema es de todos: para los grandes, porque es necesario combatirla para que los mercados funcionen en condiciones de regularidad, permitiendo un desarrollo sustentable en todo el país", señaló.
Razonó luego que "en nuestros países la corrupción, unida a la ineficiencia derivada de una subcultura sociopolítica, hiere directamente a la sociedad".
Gaviria recordó, a su turno, que recientemente en Canadá los jefes de Estado y gobierno "reconocieron que la corrupción menoscaba los valores democráticos básicos y representa un desafío a la estabilidad política. Por eso, aquí estamos en Buenos Aires", añadió Gaviria.