Omar Bravo
El senador nacional Eduardo Menem tiene todo claro. La asamblea solidaria del PJ con su hermano, el ex presidente Carlos Menem, ni fue un acto para presionar a la Justicia, ni las críticas que suscitó podrán ser asumidas como un rédito por el gobierno nacional. "Comparto plenamente la expresión de (José Manuel) De la Sota: no dan pie con bola", dijo respecto de la administración aliancista, a la que juzga incapaz de acreditarse nada. En términos futbolísticos, para Eduardo Menem la coalición de gobierno se parece a los volantes de Racing Club: con el compañero a cuatro metros, erran el pase por dos. "No es una presión al juez; que me lo expliquen los que sostienen esa teoría", desafía. "Lo del fiscal (Carlos) Stornelli es evidentemente ilegal, está más allá del derecho". Dice a La Capital que detrás del fiscal están el Frepaso y antiguas relaciones con la dictadura militar. "Una mezcla bastante llamativa, ¿no?", se pregunta minutos antes del locro solidario con su hermano. -¿Qué opina de las críticas al acto, al lugar elegido, al color político que tuvo, al efecto que puede tener sobre la Justicia? -Fue un acto de solidaridad con el ex presidente por una acción persecutoria que se está haciendo a través de la Justicia. Y claro que fue un acto político, pero no fue para presionar a favor del ex presidente, sino para evitar que se use a la Justicia contra Menem. Es una clara maniobra persecutoria, una burda maniobra persecutoria que parte del supuesto de considerar que el ex presidente Menem y todo su gabinete constituían una banda, formada no para gobernar el país sino para cometer todo tipo de delitos. Esta es la suposición que se infiere del dictamen fiscal cuando quiere aplicar la figura del artículo 210 del Código Penal. Frente a eso nosotros decimos: no presionamos a la Justicia sino que, al contrario, para defenderla, queremos evitar que maniobras de este tipo, burdas, groseras, totalmente absurdas, puedan significar que se use a la Justicia para perseguir al ex presidente y a sus colaboradores. -¿Por qué se hizo en el Congreso y no en un local partidario? -Se eligió el Congreso porque la convocatoria partió, primero, de los legisladores, de los presidentes de bloque. En segundo término, el Congreso es una casa política donde hay manifestaciones políticas. Yo no creo que sea inadecuado que se haya utilizado una reunión para que el peronismo institucional reclamara por quien ejerció la primera magistratura por más de diez años. -¿Por qué usted, Gioja y Roggero hablan permanentemente de "persecución", pero después el texto del documento no lo dice expresamente? -El texto pretendió resumir las coincidencias de todos los presentes, que no tienen por qué ser totales. Es un resumen, es una síntesis de lo que se conversó, se consensuó. Ese documento fue muy elaborado en el sentido de que algunos pidieron que se le cambie el título, otros pidieron que se le agregue un párrafo, yo mismo he redactado el segundo párrafo del documento en el cual algunos querían que quede constancia de que el peronismo no iba a obstruir la gobernabilidad, por eso pusimos que el justicialismo seguirá siendo el garante de la gobernabilidad, de la estabilidad democrática y del funcionamiento de las instituciones del país, como lo ha venido siendo hasta ahora. Precisamente, eso es lo que nos da legitimidad para reclamar que no se use a la Justicia con fines persecutorios. -Lo que sigue pareciendo difícil de explicar es que el acto no fue una presión a la Justicia. Para los críticos, el efecto es una presión para el juez Urso, quien lleva la causa de las armas. -No es una presión. Quienes tienen que explicar por qué dicen que es una presión son los que sostienen esa teoría. Fue un reclamo contra un acto evidentemente ilegal, porque lo del fiscal (Carlos) Stornelli es evidentemente ilegal, está más allá del derecho. Sostener que el ex presidente organizó su gabinete para cometer delitos en forma indeterminada es totalmente extralegal. Si nosotros no tenemos derecho a hacer una crítica al dictamen de un fiscal, ¿qué queda entonces para todos aquellos que con tanto énfasis, en su momento, criticaron el fallo de un juez que admitía que el ex presidente podía ser reelecto, o los abrazos a Tribunales que hacía la gente de la Alianza? Lo que me sorprende es esta exquisitez que están demostrando algunos por un acto que tuvo un contenido meramente de respaldo de las instituciones, porque no queremos que se las utilice con fines persecutorios, y se callaron cuando hubo todas aquellas manifestaciones de amenaza a la Corte si resolvía tal cosa, o del abrazo a Tribunales por tal otra. -Había dudas sobre si Menem se presentaría ante Urso. -No se va a ir del país, no se va a exiliar, ni nada por el estilo. Todo es parte de la misma campaña. -¿Por qué responsabilizó al Frepaso? -¡Oh casualidad! La requisitoria de Stornelli se hace después de que el ex presidente se pronuncia por el tema de la dolarización. En forma coincidente aparecen tres inefables diputados del Frepaso promoviéndole una querella por intimidación pública. Me parece que son demasiadas coincidencias, además de otros elementos de juicio que poseo y que me llevan a pensar que detrás del fiscal Stornelli está el Frepaso. -Claudia Bello denunció que Stornelli tiene vinculaciones, incluso familiares, con la última dictadura. -(Sonríe) Bueno... es una mezcla bastante llamativa, ¿no? -¿No le entregaron un rédito político inesperado al gobierno? -Creo que el que quiera buscar réditos de una persecución se equivoca totalmente. Siempre termina, a la corta o a la larga, evidenciándose la persecución, y los que quedan deteriorados son los que persiguen, no los perseguidos. Mire, qué quiere que le diga, yo veo a este gobierno como lo ve todo el mundo. Comparto plenamente la expresión de De la Sota: no dan pie con bola.
| |