La cuenta regresiva no llena de nervios a Cabo Cañaveral, sino a Hollywood. Con los contratos entre guionistas y productores a punto de expirar, ayer continuaban las negociaciones para evitar la huelga que amenaza con paralizar la producción de la meca del cine.
Ambas partes dialogaron hasta altas horas de la madrugada en torno al reclamo que hacen los libretistas respecto de su participación en las ganancias de las películas y que importa una suma de 100 millones de dólares anuales. Al cierre de esta edición, no se había logrado acuerdo entre las partes, aunque las negociaciones no se habían interrumpido.
La discusión se centra en la cifra que ninguna de las partes parece dispuesta a resignar. Los guionistas, que el año pasado ganaron en total 1.200 millones de dólares, exigen un aumento de 99,6 millones de dólares en los próximos tres años, algo que es rechazado de plano por los directivos de los estudios de Hollywood.
El alcalde de Los Angeles, Richard Riordan, pidió el lunes pasado a ambas partes que se esforzaran para llegar a un punto de coincidencia. "Creo que hay intención de llegar a un acuerdo. Por supuesto ninguna de las partes estará totalmente satisfecha si logran el compromiso adecuado, pero pienso que se llegará a él", señaló el directivo en declaraciones publicadas por el periódico especializado Hollywood Reporter.
Más allá de las declaraciones públicas de los involucrados en la disputa, se especula que, de lograrse, el acuerdo llegará a último minuto. El clima de nerviosismo, entretanto, se apoderó de Los Angeles, ya que la economía de la ciudad depende directamente de la actividad que desarrolla la industria cinematográfica.
El contrato entre el sindicato de guionistas (WGA) y la Asociación de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) venció ayer, aunque ambas entidades pueden seguir en conversaciones incluso cuando expire el acuerdo. La esperanza de que se logre una solución al conflicto está puesta precisamente en el provecho que se le pueda sacar al "tiempo extra" en la negociación.
La asociación de actores, en tanto, podría comenzar una medida de fuerza similar a partir del próximo 30 de junio. Ambas organizaciones solicitan salarios mayores y pagos adicionales para sus miembros por la exhibición de las películas por televisión por cable, video, DVD, Internet y en el exterior. Los guionistas aún tienen que convocar a una votación acerca de la huelga, para lo que hay que avisar con 48 horas de antelación. Sin este paso previo no es posible declarar un cese de actividades.
Riordan no ocultó su preocupación por el conflicto. Días atrás señaló que las pérdidas económicas que traería aparejada la huelga, ya no a nivel de los grandes estudios, sino en pequeñas operaciones como diseño de vestuario, tintorería o restaurantes serían letales para los habitantes de Los Angeles.
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La Ciudad
