Disfrutar de un atardecer en el muelle, contemplar el paisaje en el mirador de la frontera desde donde se divisa la costa uruguaya, pasear por los pequeños bosques en las tardes donde el único sonido reinante es el silencio, son algunas de las opciones que ofrece la isla Martín García, a 45 kilómetros de Buenos Aires, frente al delta.
Antes de convertirse en reserva natural argentina, determinada por el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, fue exclusivamente sede militar y alternó en alguna época la permanencia de civiles, hasta que en 1984 quedó totalmente desmilitarizada y desde entonces permanece bajo la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires.
Ubicada a 45 kilómetros de Buenos Aires, frente al delta, y a tan sólo tres de Uruguay, abarca casi 200 hectáreas y se levanta a 27 metros sobre el nivel del mar, por lo que no es afectada por crecientes.
Entre cuidados senderos y construcciones coloniales, en la isla se respira un aire puro mezclado con cierta atmósfera histórica. Es que Martín García es una perfecta combinación entre naturaleza y pasado.
Su nombre se debe al de uno de los expedicionarios fallecidos en la nave de Juan Díaz de Solís, quien desembarcó en el lugar en 1516 para enterrarlo.
En medio de una exuberante vegetación existe una población estable de 200 habitantes que disfrutan de una calidad de vida poco usual entre los habitantes de las grandes urbes.
Durante todo el año hay actividad turística y tanto en otoño como en primavera es cuando más puede aprovecharse una escapada a la histórica isla para conocer sus secretos.
La bicicleta es el medio de locomoción más utilizado, a través del cual los visitantes pueden recorrerla íntegramente si no lo quieren hacer a pie. En el verano, cuando la temperatura asciende a los 40º grados, la playa reúne a las familias que habitan la isla y a la gente que llega para descansar durante unos días.
La única piscina de Martín García sólo puede ser usaba por las personas que pernoctan en el camping o en el albergue y realicen sus comidas en el restaurante Solís de José Maciel, que antiguamente fuera un laboratorio y centro odontológico utilizado por la Marina.
También suelen armarse interesantes partidos en las canchas de fútbol y tenis y en el frontón, que en otros tiempos utilizaban los oficiales.
En las canteras se divisan los escenarios más maravillosos. Se trata de parques naturales con circuitos autoguiados con carteles indicadores en los que se encuentran distintas aves, patos, gallinetas, ecosistemas, tortugas de agua de considerable tamaño, nutrias criollas y más de 240 especies de pájaros como el carpintero, gorrión y cotorra.
Selva en galería
La selva en galería, situada en la parte norte, presenta lianas, caminos estrechos, pisos de piedra y agua cubierta de platas flotantes con pequeños camalotes, lentejas y repollitos de agua. Aquí las plantas medicinales se confunden con los helechos y muérdagos.
Entre los árboles que habitan en la isla hay álamos -que llevara Sarmiento en 1870- un único ejemplar de palo borracho, jacarandáes y caña de bambú. En este sitio las especies autóctonas conviven con las traídas por el hombre. También están los arenales, una zona de médanos que la vegetación se encargó de cubrir totalmente.
Las ovejas y las gallinas caminando por las calles no es lo que más sorprende a los visitantes, sí en cambio los lagartos overos que pueden verse en cualquier sector y que no atacan si no son agredidos.
Los rieles que se advierten en los caminos se utilizaban hace tiempo para transportar la piedra que se extraía de Martín García y se usaba para empedrar las calles de Buenos Aires.
Sitios interesantes para conocer son la antigua prisión, el Parque de los Héroes Comunes a Ambas Naciones, el cementerio de colectivos y la "casa rosada", donde permaneció detenido el presidente Arturo Frondizi en 1962. Por su parte, Perón, Yrigoyen y Alvear estuvieron detenidos en otros sitios de la isla.
En el centro cívico se encuentran el correo, Prefectura, la biblioteca, la oficina del guardaparques y el registro civil.
También se puede visitar la feria artesanal todos los fines de semana y en el teatro se proyectan películas una vez por mes.
Quines visitan Martín García no dejan de darse una vuelta por la tradicional panadería que, construida en 1913, produce un rico pan dulce cuyo sistema de elaboración es implementado desde 1984.
Entre los famosos que se acercaron a comprar el exquisito pan dulce se destacan, entre otros, Daniel Scioli, los Pimpinela, Natalia Oreiro, Mariana Arias, Mateyko, Badía, Julián Weich y Flavia Palmiero.
Ya sea por sus características ecológicas o por su interesante historia, bien vale la pena visitar esta isla escondida a poco más de dos horas en lancha de Buenos Aires.
La Ciudad
