Daniel Leñini
Es uno de los mayores lectores que conserva la ciudad, de los pocos que quedan en la cultura de la televisión y el videoclip que explotó en los 90. Se acuesta a las 22 cada noche (excepto los sábados) y se levanta a la 1.30 para encerrarse en su biblioteca por un par de horas; luego lo espera otro breve sueño hasta las 7.30. Jack Benoliel cierra una semana dolorido por dos sucesos que, aunque no parezca, algo los liga según su interpretación: "El agravio a los espacios sacros". El primero, la entonación de la marcha peronista en el Congreso nacional; el segundo, la chupina de los estudiantes en el Monumento a la Bandera. "Debemos luchar para que los chicos retomen la lectura; es una tarea que nos cabe a todos, padres y maestros", aconseja Benoliel cuando pone los ojos sobre la subcultura juvenil donde retumban los Backstreet Boys y la MTV. A los 73 años continúa jugando al tenis casi todos los días, entre el mediodía y la hora de la siesta, y asegura no haber probado jamás un cigarrillo. Con un pasado como empresario de medios de comunicación _agencia de publicidad, LT8, compañía de cable_, le molestan los nuevos y afamados reality shows, lleven la forma de "El Gran Hermano" o "El bar". Y hasta llega a enojarse si sorprende que alguno de sus nietos los está viendo. "Estamos en la cultura de la imagen _comienza_. Y el problema es que los chicos están aprendiendo primero a interpretar las imágenes que a deletrear las palabras. Es un riesgo, y más cuando se están utilizando espacios preciosos, en cantidad de minutos de televisión, para mostrar lo que no vale verse, cuestiones que no revisten la menor importancia. Me alarma que niños de 9, 10, 11, 12 años permanezcan junto a sus padres, pegados a la pantalla, esperando alguna sorpresa de los hermanos o de los bares. _¿Y cómo aconseja actuar? _Como enseña Vázquez Fernández, profesor de Etica en la Universidad de Madrid: con el televisor hay que actuar como el ama de casa con el dormitorio. Durante la mañana, se abren las ventanas y las puertas para que entre el aire y purifique el ambiente; pero después hay un momento en que el dormitorio tiene que estar cerrado. Con el televisor debe ocurrir lo mismo: cuando el aire está puro, dejarlo que entre porque es una ventana al mundo, pero después hay que apagarlo. No existe otra solución. _¿Lo sorprendió el festejo de la chupina del viernes? _Me recordó las palabras de Unamuno: "Me duele España". A mí me dolió Rosario, el viernes. He visto a una madre llorar por el ultraje a una niña, en Corrientes y Córdoba. ¿Qué es la juventud? La juventud es el descubrimiento inmenso de algo inmenso que es la vida. La vida no manda hacer lo que se hizo en las calles. Quizás los mayores tengamos que recapacitar y brindarles a los chicos ejemplos dignos. En este punto, lo ocurrido en el país durante la semana en el marco de la investigación por la venta de armas no es lo mejor. La solidaridad, el compañerismo, la lealtad a un hombre hay que pregonarla, vivirla, exaltarla. ¿Pero dónde, en el Congreso de la Nación? Una marcha partidaria puede ser cantada en la sede partidaria, en la vía pública, en un cine contratado, pero no en el Congreso. Del ámbito legislativo de aquel entonces salió una vez Sarmiento y un joven lo escupió. Quedó muy triste y alguien que lo acompañaba le dijo. "No se preocupe, Domingo, usted tiene una coraza”. “No tengo una coraza: soy una coraza", respondió él. Pero cuando en el año 1883 vino a Rosario y alguien le recordó el hecho, Sarmiento contestó: "Lo único que me dolió fue que se escupiera a alguien en la vereda del recinto donde salen las leyes". _Hay padres que están atormentados porque no avizoran un país posible para sus hijos. Lo opuesto a lo que sucede en Estados Unidos, donde los chicos de 12 años son más optimistas que la Generación X, ahora de treinta y pico, que creció en el medio de la recesión, mucho divorcio, sida, augurios de desastre ambiental. Sus sucesores están creciendo con prosperidad económica. . . _Así es. Aquí, en cambio, el horizonte no aparece tan claro y no se sabe qué país les esperará a los jóvenes. A propósito del tema de la chupina valdría la pena señalar que en 1930 Hermann Hesse escribió “Narciso y Goldmundo”. Ese libro se inicia con una chupina, cinco muchachos que deciden salir del colegio en horas de la noche y visitar el pueblo para hacer lo que la pasión juvenil les mandaba; todo el libro es el desarrollo de la chupina y cómo determinará posteriores vivencias de los jóvenes. Pues bien, no hay un solo desmán; al contrario, un compañerismo tenaz que los lleva a convivir a algunos hasta el último momento de la vida. La despedida de Narciso conmueve. Los chicos deberían leer ese libro; los profesores deberían recomendarlo. _¿Cómo ve a Rosario? _Como una ciudad luchadora donde todo es fruto de su propio esfuerzo. Pero es el destino de Rosario, que nació sin un fundador, sin un acta de fundación, en soledad. _¿Cómo observa la tendencia de tantas familias de radicarse los fines de semana en Funes, Roldán, General Lagos, Pueblo Esther? La cantidad de barrios creados es verdaderamente impresionante. —Es una forma de buscar el esparcimiento, el descanso del fin de semana. Juana de Ibarborou decía: “Si tienes que pedir algo a la divinidad pídele un poco de soledad, de soledad desnuda”. Es el momento de la reflexión, del pensamiento, de la diversión moderada, del acatamiento a la distracción. Si la sociedad es egoísta es porque no sabe estar sola. Pídele 120 minutos por día de soledad, no más. Es la soledad la que limpia. _¿Qué libro lo sorprendió últimamente? _"La conexión IBM con el holocausto". Ese libro comprueba la técnica de IBM al servicio del genocidio. El presidente de la empresa le escribió a Hitler que era un orgullo colaborar con el ideario. El libro cuenta que en aquellos años, en que no estaba la computadora, sí existía la tarjeta perforada que, perfeccionada, permitió individualizar a 600 mil judíos en Alemania y los bienes que poseían para ser confiscados; si eran sanos, para ser utilizados en distintos trabajos, o si no, destinarlos a la esclavitud, los campos de concentración y muerte. La lectura de los libros libera, consuela, redime, forma. Marshall McLuhan, en la década del 60, pronosticó que el siglo XX moriría observando la agonía del libro, Y sin embargo, el libro goza de muy buena salud. España tiene 38 millones de habitantes y 7 mil librerías; esto significa una por cada 5.400 personas. En la Argentina, con una población levemente inferior, hay 700 librerías, lo que representa una por cada 47 mil habitantes. Todavía tenemos mucho que hacer.
| Benoliel reivindica la soledad como acción purificadora. | | Ampliar Foto | | |
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