Mauricio Maronna
A Aníbal Ibarra el poder no le genera estrés; se siente cómodo en el lugar que está. A lo largo de la entrevista con La Capital se molestará una sola vez: cuando se le pregunta sobre las voces que lo mencionan urdiendo una maniobra para desplazar a Carlos Chacho Alvarez como líder del Frepaso. Ibarra no es Alvarez. No tiene el magnetismo personal ni la seducción dialéctica del ex vicepresidente, pero sabe que está manejando poder desde la estratégica Jefatura de Gobierno porteño. -¿Usted dijo que la Alianza no está en su mejor momento? -Sí, hay confusión. Pero no resigno un proceso de construcción política por una situación de coyuntura. La verdadera Alianza no está en el gobierno nacional, está en muchos distritos en los que se gobierna bien y sin conflictos políticos. -El Frepaso parece estar en una crisis terminal, con una sangría de dirigentes que no se detiene. -Hubo dirigentes que se fueron, es verdad. Pero se trata de sectores minoritarios. El Frepaso tiene un desafío que debería traducirse así: ¿cómo llevar a la práctica por medio de funciones de gobierno los objetivos que se trazaron a la hora de asumir? Hay dirigentes del Frepaso a los que les cuesta asumir posiciones de gobierno y otros que se espantan frente a los problemas. Yo no quiero ser el representante de una fuerza progresista que se enorgullezca de sus discursos, de sus programas, con folletos a todo color, pero que no le transforma la vida a nadie. Hubo algunos frepasistas que creían poder gobernar desde la oposición. El Frepaso no debe convertirse en un partido vecinalista, debe profundizar su participación en el gobierno nacional, asumir los desafíos de gobernar, aun en las diferencias. -Bueno, no son pocas las diferencias. Este gobierno está lejos de ser progresista... -Sí, es verdad. El gobierno tiene un perfil que no es el que la gente votó. Pero participar es influir en las medidas, involucrarse. No se hace desde los discursos ni desde los comunicados de prensa. -¿Cómo se explica la caída de Alvarez en la consideración popular? -No podemos definir a Alvarez por una coyuntura determinada. Chacho es uno de los dirigentes más capaces de la Argentina y con mayor visión estratégica. Incidirá muchísimo en la política de los próximos años. La renuncia de Chacho fue irreprochable desde lo ético, fue intransigente ante la corrupción. -¿Usted está queriendo disputarle la conducción del Frepaso a Chacho? -(Se molesta). Eso es un disparate. Es una visión mediocre de la política pensar que todo es competencia. Con Chacho coincidimos en las cuestiones centrales, aunque podemos tener diferencias en otros puntos. Yo no quiero crecer sobre las espaldas de Alvarez. Los que dicen eso tienen una mentalidad muy chiquitita. -Dicen que hay más peronistas en el gobierno porteño que frepasistas en el Ejecutivo nacional. -(Risas). Es verdad, sostengo ese criterio. Es más, cuando en el gobierno nacional había frepasistas, yo tenía más peronistas en mi gabinete. Traspuse los límites de la Alianza e incorporé a dirigentes que venían del PJ en lugares clave. Uno de los errores de De la Rúa fue no expresar una situación de equilibrio en el gobierno nacional. Además, nosotros cometimos un grave error... -¿Cuál? -Hacer renunciar a nuestros funcionarios nacionales cuando López Murphy presentó su programa. -Pero el paquetazo de López Murphy era un sapo intragable para el Frepaso. -No. Ese paquete duró 48 horas y no hubo decretos de aplicación. Fueron renuncias innecesarias, fue un grave error... -¿En Buenos Aires funciona la Alianza que fracasó a nivel nacional? -En la ciudad de Buenos Aires funciona la Alianza. Yo sigo comprometido con la reconstrucción progresista de la Alianza, algo que hoy no existe en la Nación. -Cavallo lo acusó a usted de las peores cosas cuando perdió la Jefatura de Gobierno. Ahora es compañero de ruta... -No pudo gobernar desde el rencor o desde la bronca. Pero tampoco resigno mis diferencias con Cavallo. Creo que haberlo convocado como ministro salvador, desde un punto de debilidad política, fue un gravísimo error. -¿Qué opina de la incorporación del cavallismo a las listas de la Alianza? -Hay que desdramatizarlo. Lo complejo no es que Cavallo tenga candidatos en algunos distritos, lo complejo pasó por la incorporación de Cavallo al gobierno en un rol central, como ministro de Economía y con gran espacio político. Lo tendrán que decidir los distritos, y no veo que en ninguna provincia se hayan nombrado ministros cavallistas. -¿Y cómo le cayó el voto contra Cuba en la ONU? -Fue un gravísimo error. Tendríamos que tener estrategia propia y diferenciarnos de la política exterior del menemismo. -Hay quienes dicen que usted estará en la fórmula presidencial del 2003. -Otro disparate. Mi idea es estar ligado por muchos años a la ciudad de Buenos Aires. -El Frepaso fue durante muchos años la alternativa al gobierno de turno. Ahora los corre por izquierda hasta la radical Elisa Carrió. -Yo no gobierno una ciudad para competir con Carrió. Hay que arremangarse y ponerse el mameluco para poder llegar a destino. Con muchos de los que se fueron del Frepaso el camino nos volverá a unir. -¿Le gustaría que Chacho sea candidato a senador? -Tiene que tener un rol central en la política, y desde un lugar institucional. Puede ser candidato ahora o más adelante... La Alianza no puede seguir desaprovechando la capacidad de Alvarez. El debe tener un lugar de importancia, es un personaje trascendente para el progresismo.
| |