cartas

Pami sin capellán

Sufre el Pami II en estos momentos un grave problema, de orden espiritual, porque Pami II está sin capellán. A todos los conflictos que lo aquejan, sociales, políticos, sindicales, económicos, supera este tremendo conflicto de la orfandad espiritual en que se encuentra. ¿Somos capaces de medir el alcance de esta ausencia? Faltan los auxilios espirituales a los enfermos, quienes en los momentos angustiosos de su convalecencia encuentran alivio y consuelo con la recepción de los sacramentos y la palabra cálida y alentadora del sacerdote, que sólo él puede dar. ¿Y qué decir de los que van a partir? ¿Acaso estos viajeros al más allá no tienen derecho a una despedida santa, a la bendición postrera del mismísimo Jesucristo a través de las manos sacerdotales de su ministro? También falta la Misa sabatina. Los feligreses están dispersos, preguntando cuándo va a venir el Padre a celebrar. Y mientras, el Señor calla, esperando que los hombres en los que él delega su autoridad se ocupen de activar el nombramiento del capellán o, lo que es lo mismo, su entrada ahora vedada a ese mundo de dolor y resignación.
Noemí Angélica Bartau