cartas

Apoyo a Domingo Cavallo

Argentina lleva varias décadas de navegar por aguas oscuras y borrascosas, sin rumbo fijo, sufriendo todo tipo de premuras y penurias, pero tan fuerte ha sido nuestro patrimonio nacional, que aun después de haber pasado por todo lo conocido por todos nosotros, todavía malherida ofrece pelea. Los últimos años de nuestra democracia, después de que Domingo Felipe Cavallo fue separado del Ministerio de Economía de la Nación durante el gobierno de Menem, nuestro país queda en piloto automático, mejor dicho, el rumbo estaba marcado; pero nadie quedaba al frente para sortear todos los obstáculos que se presentaron. Hoy, a la nave gravemente deteriorada por el mal uso, los desgarros del tiempo transcurrido y los quehaceres omitidos se le presenta una nueva oportunidad, la vuelta del capitán y piloto que retoma su tarea iniciada e inconclusa, nuestro flamante ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, que con agallas dice, aquí estoy y vengo a dar pelea para sacar a esta nave adelante. Para ser capitán de una nave no sólo es necesario ser capaz y haber estudiado para ello, se necesitan mucho temple, coraje, audacia y por sobre todo sentirse optimista y triunfador. Confiemos en este hombre que hoy nuestra buena pero resquebrajadiza suerte nos acerca, Cavallo ha demostrado ser un incansable y experimentado piloto de tormenta. Apoyemos a este líder y dejemos que demuestre sus aptitudes, que muy lejos de ser un Dios salvador, en nuestra precaria situación se presenta como única posibilidad de salvación. Todos juntos debemos decir ¡ahora sí Argentina!, vamos argentinos a salvar nuestro patrimonio para nosotros y para nuestros hijos.
Ulises Alejandro Crestale