Villa Constitución. - El mismo quiosquero que en febrero pasado intentó vender alguno de sus órganos para poder salvar su vivienda de un remate, ahora se instaló en plena calle frente a su negocio e inició una huelga de hambre que, adelantó, no abandonará hasta encontrar alguna solución a su problema.
"Ya han pasado varios meses de mi propuesta y no he tenido ninguna solución, entonces tomé la firme determinación de hacer una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. Simplemente quiero un trabajo estable que me permita pagar el crédito que debo en el banco, que ya tiene sentencia firme de remate", señaló Eduardo Sauretti.
"Hace cinco años -añadió- que vengo pidiendo nada del otro mundo, sólo un trabajo. Desde que asumió el nuevo gobierno municipal se han hecho 34 contratos nuevos, pero parece que a mi problema no le dan la gravedad que tiene. Los concejales han conversado con el intendente (Horacio) Vaquié, pero parece que éste me mintió a mí y a los ediles".
Rodeado de gente, Sauretti calibra la gravedad de su situación: "De esta protesta saco el billete premiado o la partida de defunción; la solución a mi problema, o la muerte".
La historia comenzó hace diez años cuando Acindar redujo el personal con tentadoras indemnizaciones por el retiro voluntario. Sauretti se acogió a ese régimen y montó un minimercado.
Luego, para poder ampliarlo, sacó un crédito hipotecario de 10 mil dólares a 48 meses. De aquellas cuotas logró devolver 35, pero su comercio, como tantos otros, estaba herido y desde ahí comenzó un achique que llega hasta este pequeño y despoblado quiosco que hoy tiene.
El banco gestionó judicialmente la deuda y sobre la vivienda de Sauretti pesa una sentencia firme de remate. Si bien todavía no tiene fecha de ejecución, siente que los tiempos se acortan y las soluciones no llegan. Por eso resolvió "resistir hasta las últimas consecuencias".
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Sauretti dijo que seguirá luchando por su vivienda. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
