U.G.Mauro
"Cuando un europeo como yo recorre las distancias desmesuradas de América latina y ve cómo se manifiestan las pasiones, siente que el famoso realismo mágico que impulsaron en la literatura figuras como Gabriel García Márquez, de mágico no tiene nada sino que es realismo puro", comentó a Escenario el cantante y compositor español Ismael Serrano, quien mañana, a las 21, se presenta en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, Sarmiento y el río Paraná.
-¿Cómo será el recital que vas a ofrecer en Rosario?
-Vamos a tocar temas de mi último disco, "Los paraísos desiertos", y también de los anteriores. Son canciones en estado químicamente puro; es decir, la guitarra y la voz. Voy a presentar mis temas en formato acústico.
-¿Cuáles son las características de "Los paraísos desiertos"?
-De los tres que llevo grabados, este disco es mi producción más urbana y noctámbula. En cuanto a la temática quizás sea también menos solemne que los anteriores y musicalmente, sin ser rupturista, marca una evolución clara respecto de los otros, pues hace que salgan otras referencias que forman parte también de mi bagaje musical pero que no había brotado antes y que van desde el jazz de Pat Metheny a Rubén Blades, de los sonidos africanos a (Charles) Aznavour y la canción francesa.
-Para los españoles, cantautor es un término con sentido distinto al que se le da en Argentina. ¿Seguís considerándote así?
-Soy cantautor en el sentido de que con esa palabra se define muy bien un estilo, una sensibilidad y un compromiso muy claro con la realidad, y un cuidado de los textos y una búsqueda poética que define muy bien la tradición de cantautores que hubo siempre en mi país.
-¿En qué se traduce concretamente en la España de hoy, que un cantautor tenga sensibilidad social?
-Sobre todo se trata de tener una mirada global, de ir más allá de tu horizonte y tener una mirada más ambiciosa. Se trata de entender que las luchas y las tragedias ajenas también te afectan. Por supuesto, también queda claro que el compromiso no es tan claro como lo era hace 25 años en mi país. En ese sentido creo que siguen existiendo muchas cuentas pendientes, pero se trata de no pecar, como hacen muchos autores, de exceso de introspección, y mirar para afuera. La historia de un tipo que está parado (desocupado), que cobra unos sueldos de mierda y sueña con irse a vivir con su chica pero no puede, merece una canción, pero también la merece la tragedia de los aborígenes chapanecos o la de un saharawi que se pasa toda la vida esperando un referéndum sobre la independencia de su territorio que nunca llega. Así entiendo yo lo global.
-¿Como se refleja hoy en la producción musical concreta de los artistas españoles el problema de la violencia de ETA, por ejemplo?
-El problema en sí mismo no es nada fácil de abordar para nadie. Sobre todo en mi caso se dificulta porque soy de Madrid y desde allí se han dicho -para bien y para mal- demasiadas cosas sobre ETA. Creo, y es un sentimiento generalizado, que es un problema que debe ser solucionado desde los vascos y desde la soberanía vasca. Ellos son los que tienen la responsabilidad. Por ese conflicto que existe con Madrid como ciudad centro del Estado español, es difícil. Más allá de mi condición de artista, mi posición indica que hay que estar siempre unidos contra el fascismo, y en mi trayectoria profesional me he puesto siempre en contra de esa violencia tan sin sentido y de la que somos todos posibles víctimas. Musicalmente es bastante más difícil de explicar.
-¿Qué desarrollo tuvo el disco?
-Se grabó y salió en la primavera española; es decir, en junio pasado más o menos. Fue una producción hecha en Madrid con el productor de mi primer disco, Juan Ignacio Cuadrado. Es menos solemne porque no hay grandes arreglos de cuerdas y un concepto de grabación más jazzístico. Hay un swing más de boliche.
-¿Qué noticias tenés de la repercusión lograda con tus discos anteriores en nuestro país?
-La verdad es que la dimensión real de lo que pasa aquí con mi producción casi no me llega del todo. No deja de ser una sorpresa el hallar cuando llego aquí con que hay gente que me sigue, que conoce mi música.
-¿Cuál es para vos el tema de "Los paraísos desiertos" que más te gustaría que se difunda?
-En España, el corte de difusión es "Kilómetro Cero", porque es además el tema de la banda de sonido de una película del mismo nombre que musicalicé y fue lo que más se escuchó. Es una radiografía de lo que es Madrid, pero también de cualquier gran ciudad en verano, con esos encuentros de soledades al quedar deshabitada. Además, refiere al lugar, que está en la Puerta del Sol. Pero quizás el que más me guste sea el único del disco del que soy coautor: "Una historia de Alubite", que es un personaje nuestro, y cuya letra es de mi padre y está cantada en swing.
-¿En qué otros proyectos estás embarcado?
-Si bien sigo en mi carrera de cantar, estoy interesado en empezar con la producción. Este año colaboré en el disco "Homenaje a Luis Eduardo Aute", en la banda sonora de la película que ya cité y en un disco de villancicos. Estoy en fase de componer canciones, pero me interesaría mucho meterme en la producción de discos.
-¿Cuántos llevás grabados?
-Este es el tercero y los demás se conocieron aquí: "Atrapado en azul" y "La memoria de los peces". Ahora estamos de gira en España.
-¿Qué experiencia musical rescataste de nuestro país?
-Hay cosas de aquí que son referencias inevitables, que van de Fito Páez a León Gieco y Víctor Heredia, y hay cosas que echo de menos en mi país, como por ejemplo el que no existe una forma musical tan contundente como la de aquí para el rock y que se manifiesta en esa corriente de rock duro que va desde La Renga a Los Redonditos de Ricota. Que aquí hace un tiempo los Rolling Stone se hayan presentado cinco veces denota una sensibilidad rockera que en Madrid no se ve. Al punto que los Rolling cuando actúan en España ni consideran pasar por Madrid y se van directamente a Barcelona.
-¿Quiénes son los números uno en España?
-Para mí, el numero uno indiscutible dentro del rubro de los cantautores es Joaquín Sabina. El es un tipo cuya capacidad para contactarse con la realidad permanece intacta pese a su éxito. Personalmente, su universo noctámbulo y muy canalla me interesa mucho; si tu quieres tener una visión de lo que somos hoy los españoles, pues es él con sus canciones quien mejor te puede contar lo que pasa.
-¿Su escepticismo refleja la realidad?
-Esa mirada cínica y socarrona y sobre todo el lenguaje de la calle de Sabina definen lo que es hoy España.
-¿Cómo continúa tu gira por la Argentina?
-El show tendrá casi dos horas de duración. Después de esta actuación seguiremos en Neuquén, La Plata, Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata.
-¿Qué sentís al recorrer países tan extensos como Argentina?
-Lo primero que siento es que el famoso realismo mágico que creó Gabriel García Márquez no es mágico, sino puro realismo. Aquí todo es desmesurado y las pasiones se desatan de otra manera.
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La Ciudad
