Wall Street mira con ojos abiertos y desconfianza lo que hace Domingo Cavallo -otrora su ídolo-, reclama más ortodoxia y un esfuerzo de imaginación para que el país crezca, pueda pagar la deuda y esquivar una cesación de pagos, ese infierno tan temido y tan cercano según los operadores de Manhattan.
Ayer la calle de la Pared se puso al rojo cuando se supo que los bancos en la Argentina empezaron a vender sin éxito papeles de la deuda pública. El objetivo era tener liquidez para afrontar la subasta de letes y bontes del martes. Estas ventas sin compradores generaron un pánico que se extendió a Brasil e hizo brotar la palabra maldita: default.
Algunos analistas, esos de los que Cavallo aconseja que usen gafas porque son miopes, escribieron a sus jefes memorándums del siguiente tenor: "La Argentina tiene plata para pagar, por lo menos, este trimestre, y nada más. Los riesgos están en los tres últimos meses". Los hombres que según el ministro de Economía deberían ir al psiquiatra no creen que sobre los 800 puntos de riesgo país, la economía crezca y se puedan generar recursos para pagar los compromisos.
Las "bombas" de la jornada
Los rumores sobraron: renuncia el ministro, viene un salvataje entre Europa y los EEUU, el default es inminente. Más allá del chismorreo, lo que está instalado es que habrá default o devaluación, pero no saben cuándo. ¿Influye el carácter de Cavallo? Todos dicen que no, mientras se puedan hacer negocios. Eso sí, no entienden sus insultos y eso que escucharon.\¿Cavallo ya fue para ellos? No, lo consideran lo suficiente imaginativo y creativo como para no apostarle en contra. Coinciden en señalar que mete miedo a los inversores, y por eso están a la espera de un plan.Recomiendan a Cavallo una cosa: que no trate a los mercados -o sea los analistas- como si fueran políticos. Pero más que los insultos, les preocupa la pelea con Pedro Pou. Cuando se enteraron de la baja de los encajes a muchos les corrió un frío por la espalda.\Algunos son menos pesimistas, y esperan que la Argentina levante los compromisos previstos para mayo. Sin embargo, piensan que luego el riesgo país volverá a subir, hasta tanto se resuelva el problema de fondo que tiene un nombre: ortodoxia (o cómo se va a financiar el país a largo plazo). Impacientes, esperan una reducción del gasto, reforma del Estado, acotar al mínimo el déficit, porque caso contrario será más negocio comprar bonos que hacer inversiones.\En este contexto, piensan que la reactivación está lejos, y con ello la posibilidad de generar excedentes para pagar los compromisos externos.\En Wall Street la mitad cree que habrá default, pero nadie lo dirá abiertamente. Es que los bancos argentinos están saturados de bonos y si hay una corrida bancaria, la posibilidad de una cesación de pagos se acelerará aún más. En la última semana se perdieron cuatro mil millones de dólares de depósitos y eso trajo problemas de liquidez a los bancos. Por eso tuvieron que salir a vender ayer, para evitar quedarse sin cash para la subasta de Letes y Bontes del martes. Algunos en Nueva York creen que será mejor saltearla, para no tener que pagar tasas de usura. Y aguardan que Cavallo, quien regresa hoy de Londres, anuncie medidas para evitar un lunes negro.
La Ciudad
