 |  | Interna radical. El Changui quiere controlar mesa a mesa y voto a voto Cáceres alimenta la sospecha de fraude El dirigente santafesino teme perder en el escrutinio las ventajas que la Lista Naranja obtendría en las urnas
 | Héctor Méndez
Si no el único, debe ser uno de los más antiusandizaguistas del radicalismo santafesino y no deja de añorar la militancia de los 80, en plena euforia por el acceso de Raúl Alfonsín al gobierno nacional, con miles y miles de jóvenes boinas blancas en las calles del país. Luis Changui Cáceres cree que las internas del domingo van a tener un resultado ajustado porque la mayoría de los departamentos provinciales se definirá por poco, y le preocupa que si bien las diferencias "juegan a favor" de su Lista Naranja, "no son lo suficientemente grandes como para tener un margen de tranquilidad". El político de la capital santafesina es candidato a delegado del comité nacional partidario por el sector que, además, impulsa a Juan Carlos Millet como precandidato a senador nacional, a Angel D'Ambrosio para la Cámara de Diputados de la Nación y a Carlos Iparraguirre como presidente del comité provincial de la UCR. Cáceres no deja de valorar que se hagan las internas "dentro de un partido que se había olvidado de esta práctica" porque se reemplazaron las internas por "la mera negociación de cúpulas" entre cuatro paredes, o por "el arte de tumbar listas del opositor". "Estaba todo armado para que la gente no participe", sintetiza, y agrega otra queja: "Intentar ser protagonista dentro de la Unión Cívica Radical se transforma en algo sumamente difícil". Admirador de Alfonsín, espera lo peor por parte del usandizaguismo, tanto que no descarta que se produzcan cosas raras el domingo. "Tenemos que ser capaces de controlar hasta la última mesa y garantizar un escrutinio cristalino" -advierte-, porque "caso contrario podemos terminar perdiendo en el escrutinio una elección que podemos ganar en cantidad de votos". Por eso dice que "todo dependerá de nuestra habilidad para evitar que estas cosas puedan llegar a suceder". El Changui admite que el partido está inmovilizado y que eso no va a cambiar de un día para el otro. Sin embargo es optimista. "No es la década del 80, pero tampoco estamos en la situación de hace un par de meses. Estamos empezando a romper una inercia, la concepción de un partido cerrado que se imagina con un director arriba y nadie abajo que pregunte, nadie que fiscalice". El ex diputado nacional no se cansa de plantear la idea de un radicalismo participativo, que cumpla su rol de fiscalización y oposición constructiva "en un territorio donde aparecemos mimetizados con el poder provincial de turno, en una especie de sociedad anónima de destinos difusos". Cáceres se infla de orgullo cuando explica que sin su accionar político "es probable que estas internas no se hubieran realizado", y sobre la intención de Usandizaga de buscar la reelección como senador nacional y después intentar el retorno a la Intendencia de Rosario, en el 2003, dice: "Es un contrasentido de los tantos que le he visto a lo largo de los años. Creo que es un disparate meterse en este berenjenal y al día siguiente lanzar la candidatura a la Intendencia de Rosario. ¿Para qué se postula si no le interesa la senaduría y está diciendo que lo que quiere es volver a ser intendente? ¿Para qué lo van a votar para la reelección, si él está diciendo que no va a ejercer? Por lo menos, me parece que este hombre tiene una gran confusión y la vuelca hacia la sociedad de Rosario".
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