 |  | Una muestra del Che Guevara fotógrafo
 | En la Biblioteca Valenciana quedó inaugurada ayer una exposición inédita en Europa que descubre en 175 imágenes el talento fotográfico de Ernesto Che Guevara, el mítico líder revolucionario abatido a tiros por soldados bolivianos en 1967. La muestra desvela una faceta casi desconocida del Che, que antes de ser guerrillero se ganó la vida como fotógrafo callejero en parques y jardines de Ciudad de México o como periodista acreditado por una agencia argentina para cubrir los Juegos Panamericanos de 1955 en la capital azteca. "Yo fui fotógrafo antes que comandante", había dicho el Che a unos periodistas del New York Times que lo entrevistaron a finales de los años 50 en la Sierra Maestra. La exposición, copatrocinada por la Biblioteca Nacional José Martí, el Centro de Estudios Che Guevara y el gobierno regional (la Generalitat) de Valencia, está compuesta por 120 fotos que abarcan desde comienzos de los años 50 hasta la muerte del mítico revolucionario en 1967 y que por primera vez se exhiben fuera de Cuba. Imágenes familiares, de los indios andinos, del período pre revolucionario mexicano, de sus múltiples viajes por todo el mundo o fotografías tomadas durante su etapa como ministro de Industria forman parte de la muestra, en la que llama la atención que Guevara retrataba a la gente común pero nunca a los líderes políticos con los que se encontró a lo largo de su vida. Autodidacta de formación, el Che debía su afición a la fotografía a su padre. Siempre cámara al hombro, el inquieto estudiante de medicina que luego lucharía al lado de Fidel Castro recorrió varios países latinoamericanos que describió en sus diarios y sus fotos, entre ellos México, Guatemala, Perú, Cuba o Argentina. "Mi padre se convirtió en fotógrafo por una sensibilidad artística y por la posibilidad que esa profesión le brindaba de acercarse a la gente", explicó al diario El País Camilo Guevara, uno de los cuatro hijos vivos del Che. Camilo, tras trabajar como abogado en organismos pesqueros de Cuba se dedica ahora en exclusiva al Centro de Estudios Che Guevara, del que proceden las imágenes que se muestran en Valencia. La exposición estará abierta hasta el 25 de mayo en el monasterio de Sant Miquel dels Reis, un emblemático edificio renacentista que primero fue convento, luego cárcel de republicanos en la Guerra Civil española (1936-1939) y que ahora sirve de sede a la Biblioteca Valenciana.
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