Casilda. - Una treintena de remises y taxis se movilizaron ayer por las calles céntricas de la ciudad para reclamar mayor seguridad y repudiar una decisión judicial que permitió la libertad de cinco de las siete integrantes de una patota que el pasado 7 de abril atacó a cuchillazos a un joven de 22 años a la salida de un boliche bailable ubicado a la vera de la ruta nacional 33. Los que recuperaron su libertad son menores, de los cuales uno reconoció haber sido uno de los autores materiales del hecho, mientras que los mayores permanecen detenidos en la alcaidía de la Jefatura casildense.
César Acosta está fuera de peligro pero todavía permanece internado en el hospital Centenario de Rosario, donde había sido trasladado de urgencia con sus pulmones e intestinos perforados a raíz de una serie de puntazos que recibió en la espalda y el estómago.
La movilización de protesta fue organizada por la remisería donde trabaja Acosta y contó la participación de choferes que prestan funciones en otras empresas del sector y en la cooperativa de taxistas. La marcha comenzó en Vicente López y Buenos Aires y culminó con un bocinazo frente a los tribunales locales.
Si bien la convocatoria partió de los compañeros de trabajo de Acosta y podría entenderse como un reclamo sectorial por mayor seguridad para remiseros y taxistas, la comunidad apoyó la medida por la intranquilidad existente en este aspecto. La preocupación por el tema es tal que los concejales se reunieron anteayer con el secretario de Gobierno Municipal, Eugenio Viale, para definir acciones conjuntas con la policía.
Nuevas tácticas
En tanto el jefe de la Unidad Regional IV de Policía del departamento Caseros, Raúl Plevani, estudia "nuevas tácticas" para prevenir el delito y, si bien recordó que los últimos hechos policiales fueron esclarecidos, respetó los motivos de la marcha ("no es en contra de la fuerza", dijo).\El titular de la empresa Remises Buenos Aires, José Luis Grabich, dijo que "esta marcha es obra de la bronca y de la inseguridad que padecemos no sólo los remiseros sino todos" para luego quejarse de las leyes que penalizan los delitos. "La policía detuvo a los agresores y hoy tenemos que soportar que anden sueltos si no hubiesen hecho nada. Es indignante", enfatizó Grabich, y agregó que el sector está preocupado "por la falta de seguridad, pero además las leyes no protegen al ciudadano decente que sale todos los días a trabajar".\Sobre las principales falencias en materia de seguridad para los trabajadores del transporte público, remarcó: "Somos víctimas de innumerables robos y en algunos sectores como el Fonavi y los barrios Nueva Roma y Alberdi hay mucha inseguridad".\G.O.