La Capital
Rufino. - El intendente Gustavo Dehesa anunció una profunda reestructuración en la Municipalidad para afrontar la delicada situación financiera por la que atraviesa. El mandatario indicó que la crisis es "similar a la que se sufre en el resto del país" y explicó que para responder a quienes llegan en busca de ayuda debió implementar planes con recursos propios a pesar de lo exiguo de las arcas públicas.
El intendente cargó contra la falta de ayuda del gobierno nacional que deja en orfandad a las administraciones locales para hacer frente a la crisis. "¿Qué hacemos con la gente que queda afuera del sistema? ¿Los abandonamos?", se preguntó Dehesa, y acotó que en la ciudad de Rufino "no hay un solo plan Trabajar", por lo que la Municipalidad debe agotar sus recursos para la ayuda social. "Tuvimos la visita del presidente de la Nación (Fernando de la Rúa), pero jamás llegó una ayuda", disparó.
"No hay planes Trabajar"
Además, estableció un paralelo entre la actual falta de ayuda y la que se recibía durante la presidencia de Carlos Menem. "En ese momento -recordó- llegaban unos 200 planes Trabajar, lo que implicaba para el mercado interno medio millón de dólares por año". Hoy la situación se suple con un plan local y rotativo de trabajo que se implementa con fondos municipales y un programa de barrido de calles que ocupa a 120 mujeres.
"La Municipalidad dejó de ser la prestadora de servicios públicos. Ahora debe ocuparse de todas las necesidades de la gente que queda afuera del sistema", añadió, y acotó que pese a las políticas de austeridad los fondos no alcanzan. Según Dehesa, la complicada situación financiera se remonta varios años. "Heredamos una deuda de más de un millón y medio de dólares", aseguró. Como ejemplo citó el caso del Iapos que, como acreedor, todos los meses descuenta una cuota de la coparticipación. "En esta emergencia económica -acotó- pedimos un plazo de gracia para pagar esa deuda generada cuatro años atrás".
Señaló que la deuda del Iapos, unos 400 mil dólares que ahora bajaron a 330 mil, corresponde a los años 1996 y 1997. "Eso fue cuando Rufino no se había inundado, y justo ahora nosotros tenemos que sufrir todos los meses la caída de la coparticipación por los recortes automáticos".
Las deudas con los proveedores también tienen su incidencia en la emergencia financiera, ya que al descontar esas acreencias por medio de los impuestos se registra una baja en el activo entrante.