Año CXXXIV
 Nº 49.091
Rosario,
miércoles  18 de
abril de 2001
Min 19º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Ambientes alterados
Detectar las causas de las alergias es la clave para comenzar un tratamiento


Estornudos a mansalva, ojos irritados, picazón en la garganta y un goteo constante de la nariz son algunos de los síntomas de la rinitis, una de las afecciones más identificadas con la alergia. Sin embargo, esta afección no es la única. La alergia también se manifiesta en la piel, a través de urticarias y eczemas; los bronquios con el asma, y el aparato digestivo.
"En las últimas semanas creció el índice de personas afectadas en Rosario", afirma el doctor Carlos Crisci, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología y de la Sociedad Latinoamericana de Alergia, Asma e Inmunología. En Argentina, las muertes por asma alérgica arrojaron índices similares a las producidas por el sida, según datos del Ministerio de Salud y Acción Social.
Conocer los factores que las favorecen permite controlarlas y lograr una mejor calidad de vida.

Hongos y ácaros
Ante el aumento de las alergias en estos días (cuando aún no es época de expansión del polen) Crisci explica que se debe al "crecimiento de los hongos de la humedad. Además -agrega- es la época de reproducción de los ácaros, uno de los alergenos que más afectan en Argentina".
La alergia es una forma diferente de reaccionar del organismo ante sustancias que son inocuas para el resto de la población. Los responsables son los alergenos, sustancias presentes en el ambiente. Los de mayor incidencia se encuentran en el interior de las viviendas o el lugar de trabajo y se asocian al asma y la rinitis. En cambio, aquellos vinculados con molestias alérgicas estacionales proceden del medioambiente exterior. Por su parte, los problemas de piel son en general producidos por medicamentos o alimentos.
Los ácaros del polvo doméstico constituyen la principal causa de asma en Argentina. Aquellos crecen en un rango de temperatura muy estrecho de 23 a 25ºC y una humedad del 70%, por lo que Rosario resulta un hábitat ideal. Dentro de las casas viven en los sillones, almohadas, muñecos de peluche y en las alfombras.
Otro de los alergenos que abundan en la zona son los hongos de la humedad. Se trata de organismos que se reproducen por esporas que, a semejanza de los granos de polen, pueden ser arrastradas por el viento. Estas partículas habitualmente derivan de restos de alimentos, escamas humanas, papel, plantas ornamentales, cortinas de baño, sótanos, tuberías de aire, cultivos y depósito de granos, pastos y hojas muertas, basurales y deyecciones animales.
Los pelos de los animales domésticos como el gato y perro también provocan asma, aunque en Argentina, donde el 80% de los asmáticos tiene alergia a los ácaros.

Cambios de temperatura
Los cambios climáticos también son disparadores de alergias. Las tormentas están precedidas de una ionización atmosférica con cargas negativas. Este fenómeno se llama baguada y si un niño tiene asma y sus bronquios son muy sensibles, esta carga iónica negativa puede desencadenar una obstrucción bronquial. Muchas madres pueden predecir los cambios climáticos a partir del comienzo de los síntomas respiratorios en sus hijos alérgicos.
El viento moviliza polvillo, esporas de hongos y polenes, en tanto que la lluvia posterior asienta estos elementos. Por eso, en primavera, los alérgicos al polen empeoran los días soleados y ventosos y mejoran cuando llueve.
No sólo los factores climáticos provocan alergias. Los acondicionadores de aire también incluyen negativamente, ya que al reducir la temperatura y humedad del ambiente provocan la sequedad de las mucosas y una menor movilidad ciliar. El problema se acrecienta en los niños con rinitis y respiración bucal que, al aspirar por la boca el aire seco y frío, aumentan el riesgo de contraer una faringitis o un broncoespasmo.
En general los alérgicos comienzan con los síntomas de la enfermedad, pero terminan en un resfrío. Esto se debe a que "los alérgicos tienen un mayor número de receptores en las células de la mucosa respiratoria, sobre todo en la mucosa nasal", explica Crisci. "Los receptores reciben los virus al entrar en contacto con las personas. En esta época los chicos empiezan a ir a la escuela y al entrar en contacto con compañeros resfriados, los alérgicos rápidamente contraen el virus", afirma.
"Sin embargo -aclara Crisci- no hay que identificar a la alergia con la gripe o el resfrío". El resfrío provoca una secreción nasal amarillenta de acuosa a consistente, sube la fiebre y provoca decaimiento y cansancio. Además, mientras la alergia se prolonga el tiempo en que se está expuesto al alergeno, los resfríos se extienden durante 5 ó 7 días.

Detectarlas a tiempo
Los síntomas de la alergia varían según el órgano que afecten. "En el último congreso mundial se trató un nuevo concepto que sostiene que es una enfermedad sistémica, es decir que afecta a todo el organismo, pero se expresa con síntomas en la naríz, en los bronquios y en la piel", amplía Crisci. A veces se produce todo en el mismo paciente. "Puede pasar que un chico -ejemplifica el especialista- tenga problemas gastrointestinales como diarreas por intolerancia a la leche de vaca cuando es chiquito y luego de superarlo aparezcan eczemas en la piel. Con el tiempo podría llegar a ser un asmático. Esto pone en evidencia que ya sea en forma secuencial o simultánea la alergia se expresa en varios órganos, a la vez que afecta a todo el organismo".
Cuando se manifiesta a nivel de la nariz, los síntomas son:
u Picazón en esa zona, en la garganta y a veces

en los oídos,
u Lagrimeo, picazón en los ojos,
u Estornudos, sobre todo a la mañana, o cuando

cambia la temperatura,
u Secreción nasal transparente que cae como

agua, obligando a usar varios pañuelos,
u Congestión nasal, sensación de nariz tapada.

A nivel de los bronquios, la enfermedad más característica es el asma. Los síntomas son:
u Falta de aire.
u Agitación y tos.
u Silbido en el pecho.

Cuando la alergia se muestra en la piel, lo clásico es:
u Urticaria.
u Ronchas sobreelevadas, enrojecidas.
u Mucha picazón.
u Hinchazón de los labios y de los ojos.
u Eczema en las flexiones como cuello, codos y

detrás de las rodillas. Estas placas rojizas, que pi
can mucho, suelen producir lesiones por rascado.
Otro de los síntomas se manifiestan en el aparato digestivo como náuseas, vómitos, diarreas, cólicos y constipación, sobre todo en los niños pequeños.

Tratamientos
Ante la aparición de los primeros síntomas el doctor Crisci aconseja "consultar y hacer un buen diagnóstico". Esto permitirá conocer a qué se es sensible y a partir de allí comenzar a cuidarse.
Aunque la enfermedad no se cura totalmente, los síntomas se pueden controlar a través de una medicación específica, alejándose de los alergenos y con tratamientos de vacunas. Estas generan un cambio en el sistema inmune, para que aprenda a protegerse de los disparadores de la alergia y que cambie la manera de reaccionar.
Trabajos recientes realizados en pacientes con rinitis alérgica demuestran que después de 3 años con vacunas, el paciente permanece sin síntomas en el 70% de los casos.
La apuesta es mejorar la calidad de vida de los alérgicos. Porque aunque no provoca trastornos graves, se padecen incomodidades que al aumentar, originan problemas laborales. Está demostrado que los niños alérgicos tienen disminuida su capacidad de aprendizaje porque no durmieron bien a la noche a causa de espasmos bronquiales o la nariz tapada.
"Al tratar la enfermedad se previenen que sean peores, ya que algunas patologías dejan secuelas importantes. Por esto, detectar cuál es el alergeno que despierta los síntomas es la clave para prevenirla, iniciar un tratamiento si es preciso y lograr una alta calidad de vida", concluye el especialista.



En forma secuencial la alergia se expresa en varios órganos.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados