Año CXXXIV
 Nº 49.088
Rosario,
domingo  15 de
abril de 2001
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El Kremlin silenció a la única cadena de televisión independiente en Rusia
La empresa Gazprom tomó el control de NTV, despidiendo a periodistas renuentes a la nueva administración

Moscú. - La poderosa empresa rusa Gazprom tomó ayer el control de la única cadena independiente de televisión del país, despidió a los periodistas que rechazaban la nueva administración e instaló a un nuevo grupo informativo. Poco antes del amanecer, los guardias de seguridad de NTV fueron cambiados, los periodistas que rehusaron cooperar con los representantes de la empresa de la industria del gas fueron despedidos y una transmisión de noticias de esos rebeldes de NTV fue interrumpida. "La nueva dirección del canal ocupó los locales de NTV durante esta madrugada y reemplazó al servicio de seguridad de la cadena rusa por un nuevo equipo", dijo la portavoz de NTV, Maria Chajova, que de inmediato fue despedida.
Un grupo de los periodistas más prominentes de NTV empezó a transmitir noticias, en una lucha por sobrevivir, en TNT un canal más pequeño, operado por la empresa propietaria de NTV, Media-Most. NTV era la única cadena rusa no controlada por el gobierno. Gazprom tiene una participación estatal de 38,4%, y el presidente de su consejo de administración es un funcionario de alto nivel del Kremlin, y aliado del presidente ruso Vladimir Putin. La empresa sostiene que tomó el control de la NTV para proteger el valor de su parte en ella. Sin embargo, muchas personalidades liberales, entre ellos legisladores e intelectuales, señalan que la medida fue tramada por el Kremlin para silenciar al canal de televisión, que había criticado abiertamente la guerra rusa en Chechenia, la corrupción y el declive en el nivel de vida de la población rusa.

Un golpe de madrugada
Durante una transmisión cargada de emotividad, en Ekho Moskvy, canal operado por Media Most, el comentarista de NTV Andrei Cherkizov dijo que Putin era "Poncio Pilatos" y calificó a la nueva administración de ser un "montón de bandidos". Igor Malashenko, uno de los fundadores de la estación, comparó el proceso a un golpe de Estado.
Gazprom, a través de su subsidiaria Gazprom Media, es la mayor accionista de NTV, a la vez propiedad de Vladimir Gusinky, el magnate de los medios de comunicación rusos que huyó a España para no enfrentar cargos en Rusia. El último episodio en el drama comenzó el 3 de abril, cuando Gazprom-Media convocó una reunión de consejo directivo y anunció que había tomado control mayoritario, y despidió a altos funcionarios de NTV.
Políticos liberales y periodistas condenaron la toma de la NTV como un ataque a la libertad, pero el nuevo director de la estación prometió defender la libre expresión.
Boris Jordan, un banquero estadounidense, fue seleccionado para dirigir NTV. El brusco cambio de la junta directiva provocó la renuncia de varios de los periodistas más populares de la estación. Pero Jordan no se dejó amilanar y describió el ambiente entre el personal que se quedó en NTV como de "tremendo entusiasmo para reconstruir la compañía, tremendo entusiasmo para construir realmente una estación independiente de televisión y mucha energía".
El financista de 34 años, que habla ruso de forma fluida pero con fuerte acento, fue colocado al frente de NTV después Gazprom expulsó, aunque en su ausencia, al fundador y ex dueño Vladimir Gusinsky. Las compañías de Gusinsky deben millones de dólares a Gazprom, donde el Estado es el principal accionista. "Sólo en el poco tiempo que he estado aquí he descubierto enormes deudas", dijo Jordan, y agregó que estaba en conversaciones con bancos nacionales y extranjeros para un préstamo de 20 millones de dólares destinado a reconstruir NTV. "Haré una auditoría con las empresas internacionales Arthur Anderson y Price Waterhouse y lo publicaré para mostrar a todo el mundo lo que estaba pasando dentro de la compañía", dijo. "Ahora tendremos libertad de expresión, ahora tendremos independencia en los medios" agregó.
Pero otros sectores ven la medida como una intervención estatal. Los depuestos directivos de la NTV y la mayoría de sus periodistas han acusado al Kremlin de asumir el control en un intento de silenciar la única voz crítica en el país. El presidente del Sindicato de Periodistas de Rusia, Vsevolov Bogdanov, dijo que la decisión era un intento de las autoridades para acabar con las libertades de prensa y la independencia de los medios. "La KGB está al timón de esto", opinó el veterano parlamentario defensor de los derechos humanos Sergei Kovalyov, a la emisora Ecos de Moscú.



Los periodistas despedidos retiran sus pertenencias del canal.
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